La última cocina

«Sálvame» se alargó con su «última cena» y Lydia Lozano volvió a llorar

«La última cena» se antojó como una prolongación más de las ediciones anteriores del programa de Telecinco, cuando el público llevaba merienda para los colaboradores

Sergi Arola y Begoña Rodrigo aguantaron el tipo ante dos concursantes con demasiado carácter y poco oído

Lydia Lozano fue un poco injusta con Begoña Rodrigo Mediaset

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«¡Vamos a poner en marcha los fogones! Que nos va a pillar el toro». Con estas palabras de Sergi Arola comenzó la preparación de «La última cena», el programa que ha puesto y va a poner a prueba las dotes culinarias de los colaboradores de «Sálvame». El proceso es sencillo. Cada semana, dos colaboradores tienen que trabajar en equipo haciendo la compra, cocinando y ejerciendo como anfitriones, labores que son valoradas por los doce comensales a los que servirán, entre los que se encuentra el implacable jurado, compuesto por Sergi Arola y Begoña Rodrigo , además de la audiencia. Esta semana, los elegidos fueron Lydia Lozano y Kiko Matamoros. «Vas a terminar llorando», le advirtió Jorge Javier a Lydia. Y así fue.

«Hay concursos de cocina muy buenos, pero todos tienen ese un punto de edición. Aquí todo va a ser en directo», anticipó Sergi Arola a este periódico. Este reto comenzó para Lozano y Matamoros con un excursión al mercado y terminó con un final más feliz de lo que se vaticinaba en un inicio. Hubo mucha tensión. La colaboradora se enfrentó a su compañero de reto, gritó a Begoña Rodrigo cuando esta intentaba ayudarle y lloró de la impotencia al ver que los platos no salían al ritmo que le hubiera gustado. « Ni me he duchado ni peinado ni nada», dijo.

Del mercado a la mesa

«Mamá, ¿la lubina que compras para Nochebuena cuánto pesa?», preguntó la colaboradora por teléfono antes de llegar al mercado. A quiénes no llamaron fue a los miembros del jurado, que habían ofrecido su ayuda a los concursantes. «Lydia, que tienes 60 años ya», reprochó su compañero de fogones. Juntos compraron los ingredientes necesarios para preparar una ensalada de espinacas con ajoblanco, una lubina y el postre, que aún era secreto.

Lo primero que recibieron de los chefs cuando estos llegaron a plató, en «Sálvame Limón», fue un reproche. « Vais de sobrados . Os ofrecimos nuestra ayuda para preparar la cena de esta noche y no nos llamasteis. Llevo 24 años cocinando y lo pregunto todo», espetó Begoña Rodrigo mientras que su compañero, Sergi Arola, optaba por el silencio. «Yo es que soy de los que opinan que todo se demuestra en los fogones. Esta noche vamos a ver si tiene más razón Begoña o ellos. Pero, siendo algo tan nuevo como es este formato y siendo una experiencia tan importante, yo hubiera llamado», apuntó el chef.

Nivel pésimo de cocina

Matamoros advirtió de que su nivel de cocina era algo peor que malo . «Voy a un restaurante prácticamente a diario. Si no es para comer, es para cenar», apuntó. Su primera tarea fue cortar los lomos de las lubinas, pero, por los escasos planos que se pudieron ver, parecía que quién hizo eso fue más bien Sergi Arola . Entre confesión y confesión de «¡Estefaníaaa!», revelaron el postre. «Vamos a hacer una esfera de pera bañada y sellada en el fuego con un poco de mantequilla. Además, hemos preparado un tofe para hacerle una cama. En el centro de la esfera de pera, vamos a añadir nata con un toque de vainilla y un poco de azúcar. Por último, cogeremos unas virutas de chocolate», explicó Arola.

«Si tenéis alguna duda es el momento de que las digáis», señaló el chef. Preguntas parecía haber pocas; caras de pánico, muchas. «¿Sabes lo que me ha dicho Begoña? Al ritmo que llevamos no cenamos», confesó Lozano cuando aún quedaban 50 minutos para el arranque de «La última cena» y aún quedaba mucho por hacer. Cenar, cenaron, pero las condiciones no fueron las idóneas.

Un arranque de musical

Mediaset no escatimó en el arranque. Jorge Javier , ataviado con un traje negro de lentejuelas y acompañado por cuatro brillantes bailarines, reinterpretó la canción ¡Qué festín! Mientras, Lydia continuaba agobiada, aún sin cambiarse. «¿Puede ser que vea churretes de lágrimas?», le preguntó Jorge Javier. «Aún no, pero estoy apunto», respondió. La colaboradora reprochó la actitud de su compañero Kiko Matamoros: «No me ha hablado en toda la tarde». «Charly tiene que ser un santo. Si ha aguantado a esta señora 27 años en una cocina...», espetó él.

Las expectativas eran bajas, las de los comensales y las de los chefs. «Lydia es una buena cocinera, pero hoy no lo vamos a ver », aseguró Begoña Rodrigo en «La última cena» . Los primeros en llegar fueron Antonio Montero y Mila Ximénez. Pronto se unió Patiño, quien aseguró sentirse decepcionada por las declaraciones que había hecho su compañero, Montero, de ella. «Espero que la cena sea divertida para que la comida pase desapercibida», deseó Lydia. Dicho y hecho.

Jorge Javier propició un tenso cara a cara entre María Patiño y Antonio Montero . Les forzó a ver las declaraciones que el periodista hizo de ella. «Yo ya no soy su amiga», añadió. Y no sería el último. Pronto se sumaron a la cena Marta López, Alfonso Caparrós y Chelo García Cortés.

Conexión desde el baño

«La última cena» también contó con una reportera: Nuria Marín . La presentadora tuvo el cometido de custodiar el baño y hablar con aquellos que decidieran acercarse. La primera fue Lydia Lozano . Marín le advirtió de que había muchos memes circulando por las redes sociales que se reían de cómo se había maquillado. «Me da igual el maquillaje. Me da igual todo», dijo visiblemente nerviosa. En cuanto regresó al plató, comenzó la cuenta atrás. Tic, tac.

El primer plato se lo sirvieron a Jorge Javier Vázquez . Lozano y Matamoros explicaron en qué consistía: una ensalada de espinacas con ajoblanco y esferas de melón. « No me entra por los ojos », dijo Patiño. Sin embargo, los chefs de este viernes recibieron elogios por parte del resto de sus compañeros. «No entiendo por qué el melón tiene ese color. No entiendo por qué una ensalada tiene que estar mojada en blanco», dijo Patiño provocando la risa de Lydia Lozano y la mirada atónita de Sergi Arola.

La tensión entre Matamoros y Lozano siguió palpándose durante toda la cena. Incluso cuando Belén Esteban apareció en pantalla, quien no dudó en «regañar» a sus compañeros de producción. «Que la próxima vez me traigan un trípode mejor porque no sabía cómo hacer esto», dijo. La princesa del pueblo entró en «La última cena» para apoyar a los chefs de este viernes. «Tiene todo muy buena pinta. Tengo muchas ganas de probarlo y de cenar», aseguró.

Enfrentamientos y más enfrentamientos

Lydia Lozano y Kiko Matamoros volvieron a la cocina para preparar el segundo : lubina con arroz thai. Casi no pudieron emplatar a tiempo porque no encontraban las herramientas con las que hacerlo. «A ver, no os lo iba a dejar todo hecho», apuntó Rodrigo. Cuando el plato salió, causó opiniones diferentes. Mientras que Jorge Javier y Patiño lo adoraron, Mila no pudo ni probarlo . «Creo que es por la miel que tenía la ensalada como aliño», comentó preocupada.

Para amenizar el plato conectaron por videollamada por Marta, la pareja de Kiko Matamoros . «Quiero que me mandéis a mí algo de comida también. Para una vez que cocina Kiko, quiero probar eso», aseguró. También recurrieron a los «sobres de Judas», unas tarjetas donde podían poner, de forma anónima, lo que quisieran sobre la cena. Sin embargo, el primero lo utilizaron de una forma inesperada. «Antonio Montero tenía un moco que era desagradable de ver», leyó Vázquez. En lugar tomarlo como una «chiquillada», decidieron enseñar el mencionado moco, pausa mediante.

Con el postre llegó la alegría . Allá por las 0.40 horas (y aún con la valoración pendiente). Lydia tuvo problemas para echar la nata en las esferas de pera, pero lo resolvió con una sonrisa en la cara y demasiado alterada. «Voy a dormir en la tumbona, menos mal que hace bueno», comentó a cámara. «Corre que ganamos», añadió mirando a Matamoros. El postre, de Sergi Arola, arrasó, y puede que el vino que tomaron durante la cena también. Los colaboradores no podían parar de reírse . Y siguieron haciéndolo cuando Belén Esteban descubrió que su «pedido a domicilio» se había derramado.

Belén estaba enfadada. «Son la una de la mañana y la comida está toda esparramada. ¿Qué hago yo con esto? Me lo podéis explicar», preguntó. «Tómate un omeprazol», le recomendó Vázquez. La colaboradora dio la enhorabuena a sus compañeros. «Está riquísimo», apuntó. «Pero no me habéis mandado ni vino ni pan », añadió.

Para alargar un poco más la noche, «La última cena» llamó a Naira, la sobrina de Lydia Lozano. La colaboradora de «Sálvame» se emocionó (otra vez) . Era la primera vez que entraba un familiar para apoyarla. «Una película de los hermanos Cohen se queda corta con todo esto», aportó Rodrigo, anonadada con el panorama. Mientras, Marta López cotilleaba con Nuria en el baño. «He leído un mensaje que le ha llegado a Montero. Le decían que en lugar de en 'La última cena' parece que estás en la cena de los idiotas», dijo la ex de «Gran Hermano».

Las votaciones

La audiencia de «La última cena» no es una mera espectadora . Los televidentes votan al igual que el resto de los comensales, otorgando una puntuación del 1 al 10 la actuación de la pareja de chefs, valoraciones que se suman a las de los jueces. Eso sí, la valoración de Sergi Arola y la de Begoña Rodrigo valdrá más que las del resto.

Mila Ximénez le dio un 7 a la cena, y eso que no probó bocado. Caparrós tiró de nueva fe y dijo «seis». «Es muy difícil hacer algo por primera vez», añadió. Patiño eligió un 7. Marta López, quien aseguró detestar la comida, le dio un sobresaliente, un 9. «Porque Kiko está especialmente guapo», apuntó. Puede que intentase compensar un mal comentario que tuvo con el colaborador al principio del programa.

El «del moco» dio un cinco raspado. «Me parece muy generoso viniendo de alguien que dice que tenemos una neurona entre todos», respondió Matamoros. Chelo, un 8. Belén, que llegó un pelín tarde, un 7. La votación media de los colaboradores fue un siete.

Llegó el turno de los chefs, los de verdad. «Me han sorprendido. Lydia, a pesar de no callar ni debajo del agua, ha hecho su trabajo y tiene un gusto bueno, aunque yo le diga que no me gusta. Les doy un 6», dijo Begoña Rodrigo. « Me ha sorprendido gratísimamente la dupla , especialmente Kiko. Ha trabajado mucho. Lydia, como una hormiguita, también. Para ser la primera vez, porque todos van a tener que pasar por ahí y ver lo complicado que es, les voy a poner un 8», añadió Sergi Arola.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación