El Hormiguero

La cara más amarga de ser ‘influencer’: Dulceida relata las terribles amenazas que recibe a diario

Aida Domenech se ha sentado en el programa de Pablo Motos junto a Laura Escanes y María Pombo

Dulceida ha visitado 'El Hormiguero' junto a Laura Escanes y María Pombo Antena 3

María Robert

Antes de que Instagram fuese la red social de moda y los niños quisiesen ser ‘influencers’ de mayores , hubo unas cuantas jóvenes que por simple ‘hobby’ empezaron a prescribir contenido digital sobre estilo de vida. A día de hoy, algunas de aquellas visionarias atesoran en sus perfiles una cantidad ingente de seguidores, habiendo convertido su afición en un trabajo muy bien remunerado .

Es el caso de las tres invitadas que el ‘El Hormiguero’ ha reunido este jueves 26 de mayo. Dulceida (Aida Domenech) cuenta con 3,1 millones de seguidores en Instagram, mientras que María Pombo la sigue de cerca con 2,5 millones. Laura Escanes tampoco se queda atrás y tiene en su perfil 1,7 millones de ‘followers’. Entre las tres suman 13 millones de seguidores; más gente que la que votó al PP y al PSOE juntos en las últimas elecciones.

Sin embargo, aunque disponen de su propio medio de comunicación de masas, intentan no plantearse el vértigo que supone llegar a tanta gente. «Debería dármelo, pero no lo pienso mucho. Siento que son como una familia. Y creo que esa es parte de la clave, que somos tan naturales que no pensamos todo el rato en el éxito. De hecho, en los últimos años estamos dándoles muchas más vueltas a qué publicar precisamente por todo los que nos repiten que tenemos una responsabilidad», ha expresado María Pombo.

«Antes de salir hemos dicho: ‘bueno chicas, si la cagamos pedimos perdón y no pasa nada’», ha desvelado, por su parte, Laura Escanes .

A quienes todavía creen que ‘viven del cuento’ y no entienden que la actividad que llevan a cabo es un trabajo como otro cualquiera, Dulceida les ha explicado que hace 14 años que es «emprendedora digital», como se ha autoproclamado su colega y amiga María. Por eso mismo que para ella es una profesión, a la que le parece marciano que aún resulte raro es a ella. Es un trabajo como todos, engloba muchas cosas, y además llevamos mucho tiempo para que se siga todavía con la misma historia», ha aclarado.

Poco puesto en el mundo de las redes sociales, Pablo Motos les ha tirado de la lengua para averiguar si más seguidores supone también más dinero. La madrileña ha mencionado el concepto mágico en las plataformas digitales como Instagram: ‘engagement’. Un palabro de origen anglosajón con difícil traducción al castellano que grosso modo implica la conexión con la audiencia. «Los actores que salen en series de Netflix de repente tienen 32 millones de seguidores, pero con ellos no conectan. A nosotras nos conocen, confían… Eso es lo que da dinero», ha detallado Pombo.

Escanes ha añadido que hablar a cámara también influye para conectar con los ‘followers’ y generar más interacciones. «Cada mañana contar nuestras movidas, eso es lo que hace que nos vean más cercanas».

Al respecto, Dulceida ha abierto otro melón de este nuevo tipo de publicidad. «Creo que somos muy reales. Nunca he engañado a mis seguidores, siempre promociono cosas que uso».

Mamá, quiero ser 'influencer'

«La verdad es que estamos las tres en un punto en el que no necesitamos vender algo que no nos gusta», ha esgrimido Pombo, quien también ha lanzado un consejo a las adolescentes que quieren ser como ellas. «El secreto más básico es que tengan una buena base de familiares y amigos detrás para que no se te vaya la pinza por completo. Si de repente empiezas a crecer en fama, seguidores, dinero, y no tengas a alguien que te pare los pies, te va a ir mal».

Además, han hablado sin tapujos de la realidad menos glamurosa de su trabajo: la envidia y las críticas. María Pombo entiende la tirria cuando las ven viajando gratis a Maldivas, pero en demasiadas ocasiones los ‘haters’ se pasan de la raya.

Laura está acostumbrada a todo tipo de comentarios mal intencionados por ser la pareja de Risto Mejide , algo que intenta sobrellevar restándole importancia. «Eso me va a perseguir toda la vida, por eso lo tengo asimilado. Para mí esos comentarios son parte de mi día a día, así que se trata de normalizarlos en la medida de lo posible. Hay una frase que siempre me repito, y es que no puedo dejar que ellos dirijan mi vida», ha reflexionado.

Y no es la única. Sobre todo a raíz de su relación con Alba Paul , y después de la ruptura, Dulceida ha contado que sufre «un acoso diario muy grave; a mí y a los que me rodean». «Estoy con demandas desde hace tiempo. Me insultan todo el rato y me llaman todo lo que te puedas imaginar de bonito. Me han dicho que si me vuelven a ver con una bandera LGTBI+ me queman viva», ha relatado.

En la calle, en cambio, jamás se encuentran ese tipo de situaciones. Al revés, según Pombo. «Todo es agradecimiento y amor».

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