Hilary Swank y una tarde de odio más allá de Twitter

La actriz es una periodista de la vieja escuela en 'Alaska Daily', donde un loco del pensamiento 'alternativo' le acusa de los males del mundo

Hilary Swank y sus dos Oscar eclipsan por completo ‘Alaska Daily’ y no para bien

Hilary Swank en 'Alaska Daily', de Disney +
Fernando Muñoz

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Un paseo por los comentarios de cualquier periódico digital es también una tarde visitando las dos almas de la sociedad, la de la gente que quiere construir una conversación (a favor o en contra) y la que solo escupe rabia. Hablar de la impunidad que se esconde en el anonimato suena a comentario agrietado, viejo, a una realidad que en 2023 se ha contado tantas veces que ya ocupa menos espacio informativo que la guerra de Ucrania , que ahora es la sequía la que asusta. Al menos, en los comentarios ofensivos de los digitales hay una impersonalidad, un ataque que no va contra el juntaletras sino contra los poderes que en la sombra manejan esos hilos que solo conocen algunos privilegiados, genios anónimos que los desenmascaran mientras gritan a las nubes. ¡Nos fumigan con los ‘chemtrails’!

En ‘Alaska Daily’ , de Disney+, una serie sobre periodismo local de la vieja escuela (la serie y la redacción protagonista son ejemplos de cómo se hacían las cosas ayer) una reportera estrella acaba en el rincón más recóndito de Estados Unidos buscando noticias. La interpreta Hilary Swank (la misma de ‘ Million Dollar Baby ’, de Clint Eastwood) y en un momento de la trama, un acosador de pensamiento ‘alternativo’, una de esas personas que prefieren la buena información de los foros a la cosa sesgada y manipuladora de los medios tradicionales, secuestra a esta periodista, que en la trama que ha creado en su cabeza es la villana. Durante el secuestro, el atacante descubre que ella no es un monstruo ni una marioneta de poderes globalistas, sino una trabajadora normal que se esfuerza por publicar la verdad. Aunque no guste.

En realidad, por suerte, las cosas nunca llegan tan lejos. El tuitero que echa una mañana llamando ‘puta’ a las presentadoras de los matinales se escondería si las viera por la calle. No es lo mismo hablar a la cara que a la pantalla. Es el meme de los dos perros ladrándose detrás de una verja. O el aficionado que se pasa el partido llamando ‘negro’ a Vinicius y que luego le pide un ‘selfie’ al salir. Jerry Springer , orgulloso padre de la ‘telebasura’, lo demostró en su programa al estilo ‘Diario de Patricia’.Los invitados se amenazaban de muerte ante las cámaras, cuando tenían la careta del personaje que creían que debían interpretar. Al apagarlas se volvían todos a casa compartiendo taxi.

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