Un estudio muestra cómo Mediaset «ha creado un terreno fértil para el éxito del populismo»

Tres economistas italianos evidencian la influencia que tuvo la televisión de entretenimiento en la elección de Silvio Berlusconi como primer ministro italiano

REUTERS
Bernardo Álvarez-Villar

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El poder persuasivo de la información política en televisión es indiscutible, y la pequeña pantalla ha sido utilizada con fines propagandísticos desde su creación. Lo que no resultaba tan evidente era el potencial seductor de los programas de entretenimiento a la hora de influir en actitudes políticas y procesos electorales. Ahora, una investigación publicada en la American Economic Review, avala esa hipótesis mediante el estudio de la influencia que tuvo Mediaset en la elección de Silvio Berlusconi , presidente de la compañía, como primer ministro italiano en 1994 y en cinco comicios posteriores.

«Las conclusiones del estudio no son muy optimistas, pues evidenciamos que el efecto se alarga por mucho tiempo», reconoce Rubén Durante , uno de los tres economistas italianos que ha trabajado durante varios años en la investigación. La publicación demuestra que los municipios que tuvieron acceso a Mediaset desde 1985, cuando su señal alcanzaba al 52% de la población, fueron más proclives a votar a Forza Italia , el partido de «Il Cavaliere» , entre 1994 y 2013. El impacto es especialmente significativo entre la población que más televisión consume, es decir, los jóvenes y los mayores, aunque por motivos muy distintos.

Berlusconi entró en el mercado televisivo en 1980 con Canale 5 y, saltándose la ley de telecomunicaciones gracias a sus contactos políticos, fue comprando canales locales hasta formar Mediaset. Su única competidora era la cadena pública RAI que, según Durante, «era medio comunista y medio católica, una cosa bastante aburrida ». Y en un contexto de prosperidad y crecimiento económico, explica el investigador, «los italianos querían pasárselo bien, y Berlusconi les dio lo que pedían para hacerse rico».

Las dos opciones que tenían los telespectadores italianos de la época no podían ser más diferentes. La cadena pública emitía durante once horas al día mientras que Mediaset lo hacía dieciséis. El canal de Berlusconi dedicaba el 63% de sus emisiones a programas de entretenimiento y el 27% a las películas, cuando la RAI destacaba por las noticias (34% de su programación) y los formatos educativos (22%). Además, según indica el estudio, Mediaset emitía películas de peor calidad y no aptas para la audiencia más joven.

La investigación es alarmante en lo que se refiere a los italianos que pasaron su infancia viendo los programas de Mediaset . El estudio concluye que este grupo de población presenta «un impacto negativo en sus habilidades cognitivas y bajos niveles de compromiso civil». Para hacerse una idea de la dimensión del daño basta citar un dato: los jóvenes que crecieron con Mediaset tenían un 8% más de posibilidades de quedar exentos del servicio militar por falta de inteligencia.

El partido de Berlusconi fue «desproporcionadamente popular entre los votantes menos educados y resultó ser el mejor posicionado para beneficiarse del declive de las habilidades cognitivas inducido por la televisión de entretenimiento». Una jugada maestra, concede Durante: « Creó su propio electorado y se aprovechó de él». En cambio, la fascinación de la población envejecida por Berlusconi se debe al consumo de los informativos de Mediaset. La cadena incorporó a su parrilla en 1991 un telediario que presentaba «un fuerte sesgo pro-Berlusconi ».

Resulta llamativo comprobar que, una vez desacreditado el partido de Berlusconi, los mismos municipios que le habían votado en masa pasan a apoyar al populista Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo . Esto lleva a los investigadores a concluir que Mediaset «ha creado un terreno fértil para el éxito de líderes con retórica populista». Los espectadores de Mediaset, debido a su «menor sofisticación cognitiva» , son más «vulnerables» al «lenguaje simple y accesible» que utilizan Berlusconi y Grillo.

Durante defiende que su estudio «es muy específico sobre Italia, y es peligroso tratar de extrapolar los resultados ». No obstante, reconoce que «Italia y España son países muy parecidos, y en ambos tenemos a Mediaset». El investigador no descarta que en nuestro país se haya dado un proceso análogo , aunque matiza que «en España no hubo movimientos populistas hasta hace pocos años. Puede que el efecto de Mediaset haya sido el mismo, pero no puede verse hasta que no aparece un partido que se posicione para beneficiarse de ese segmento de población».

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