Silent Hill

Rose, desesperada por encontrar una cura a la misteriosa enfermedad de su hija Sharon, decide ir a Silent Hill, un pueblo abandonado del que su niña habla constantemente en sueños. Pero al aproximarse al lugar, la mujer tiene un accidente.

Una nueva adaptación a la gran pantalla de un videojuego de éxito. En esta ocasión, se trata de la afamada franquicia de terror producida por la compañía japonesa Konami. El director, el francés Christophe Gans ("El pacto de los lobos"), estuvo cinco años intentando obtener los derechos para rodarla hasta que finalmente la empresa nipona accedió, después de comprobar la gran implicación del cineasta con esta serie de videojuegos. Gans optó por Radha Mitchell ("Melinda y Melinda") como protagonista y por una estética algo surrealista, poblada de estrafalarias criaturas. De hecho, el creador del videojuego, Akira Yamaoka, admitió haberse inspirado en Hans Bellmer, Francis Bacon o el propio Kafka.

Resulta curioso que las inquietantes criaturas sean en realidad bailarines, puesto que solo este tipo de profesionales eran suficientemente flexibles para generar movimientos tan siniestros.