Shame

Brandon tiene problemas para controlar su vida sexual. Obsesionado con la pornografía, las prostitutas y las relaciones esporádicas, un día se ve sorprendido cuando su hermana menor, Sissy, irrumpe con la intención de quedarse unos días en su piso.

El videoartista británico Steve McQueen conmocionó a la crítica con este claustrofóbico retrato de la adicción al sexo. La cinta supone el segundo largometraje del cineasta tras la impactante "Hunger", que también estaba protagonizada por Michael Fassbender, un actor que volvería a trabajar con el director en "12 años de esclavitud". El intérprete forma tándem en esta ocasión con Carey Mulligan ("Drive"), interpretaciones que construyen un relato devastador y muy poco reconfortante que, no obstante, levantó los aplausos en numerosos ámbitos. El Festival de Venecia, los British Independent Film Awards o la Asociación de Críticos de Los Ángeles reconocieron la calidad del filme.

A modo de curiosidad, cabe destacar que la escena en que Sissy canta en un restaurante fue rodada en tiempo real y en una sola toma, con tres cámaras a la vez para captar las reacciones reales de los actores, que nunca antes habían oído cantar a Mulligan.