Hollywood destapa «la epidemia de violaciones» dentro de la comunidad de los menonitas

En 'Ellas hablan', las actrices Frances McDormand, Rooney Mara y Claire Foy dan vida a un grupo de mujeres aisladas en una colonia religiosa de Bolivia

La directora, Sarah Polley, lo extrapola al sector: «Los hombres han escrito las reglas en la industria del cine»

El filme, nominado al Oscar a mejor película y guion, se estrena este viernes

Fotograma de 'Ellas hablan' Michael Gibson

María Estévez

Dirigida por Sarah Polley , que también escribe el guion basado en la exitosa novela de 2018 de Miriam Toews, la cinta ‘Ellas hablan’ es una historia de sorprendente franqueza y profundas complejidades morales ambientada en una comunidad religiosa rural. Las mujeres menonitas de la película son sistemáticamente agredidas sexualmente por los hombres de su grupo, hasta que empiezan a dudar de lo que les está sucediendo. Las mujeres deberán decidir entre tres acciones esenciales: no hacer nada, quedarse, o luchar e irse. Mujeres con la cabeza cubierta, vestidos largos y las manos rojas de afanarse en sus trabajos diarios discurren durante varios días el futuro de su comunidad.

En Estados Unidos, es común mantener una relación cordial con estas comunidades aisladas en ciudades como Bennington, Shaftesbury o Manchester. Son comunidades que a su vez se conectan con los Amish de Ohio o de Pennsylvania para vender en sus supermercados sus delicatesen a los clientes ‘normales’. Cerca de dos millones de menonitas se encuentran repartidos por el mundo con un modelo de comunidad en tamaño funcional que permite a las congregaciones difundir su mensaje sin ser excesivamente llamativos. La ropa modesta, evitar la información de fuentes como la televisión, la radio e Internet, enviar a sus hijos a la escuela administrada por la iglesia hasta los 16 años, escuchar en silencio los servicios dirigidos por hombres y pagar impuestos, forma parte de un estilo de vida que Polley hilvana con talento en su película.

El elenco también ha sido afinado a la perfección e incluye a Rooney Mara, Jessie Buckley, Ben Whishaw, Claire Foy, Frances McDormand, Sheila McCarthy y Judith Ivey . «La idea misma del perdón puede parecer anómala e incluso ajena en este contexto, pero quería explorarla sin enfrentar a las comunidades cristianas. Cuando Ona declara que el perdón es mejor que la venganza, muchos pueden no estar de acuerdo, pero también es una invitación a que la última palabra no sea de la película, sino del mismo espectador», admite la cineasta. Polley recuerda lo que dijeron las productoras Dede Gardner y Frances McDormand para tentarla a trabajar en el proyecto, superando sus reservas de abandonar a su propia familia y ponerse tras las cámaras.

«Los hombres han escrito las reglas en la industria del cine y han creado expectativas absurdas de horas que no son un modelo adecuado para las familias. Nosotras decidimos romper el modelo y construir uno nuevo que nos permitiera trabajar y participar de nuestras familias», y reconoce que estar detrás de la cámara nuevamente fue más emocionante de lo que podía haber previsto. «Me gustó tanto estar de vuelta como directora que me hizo sentir un poco culpable disfrutar estando alejada de mis hijos y mi marido».

Polley convirtió el rodaje en un espacio democrático donde todo el equipo podía mostrar sus opiniones. «Estábamos constantemente tratando de descubrir nuevos modelos de cómo se manejaría el set de filmación y cómo comunicarnos. Fue un experimento realmente interesante, porque el espíritu de la película siguió impregnando el proceso y viceversa. Fue increíblemente armonioso. Cuando había desacuerdos, teníamos que seguir los principios básicos de la película: escucharnos unos a otros y estar dispuestos a cambiar de opinión asumiendo la responsabilidad cuando nos equivocabamos. Lo que no podías hacer en el contexto de esta película era enloquecer y alejarte de alguien».

Sobre la epidemia de violencia sexual que enfrentan las mujeres menonitas de la película, la exactriz infantil, que hizo su debut como directora con el desgarrador titulo nominado al Oscar ‘ Away From Her ’ en 2007, reconoce que le impactó leer el libro de Toews. «Fue sorprendente descubrir la realidad de estas comunidades. El libro cuenta hechos reales de una colonia menonita aislada de Bolivia». La cinta se basa en temas de trauma y memoria, elementos que han impregnado el trabajo anterior de Polley, y llega unos meses después de la publicación de su colección de ensayos ' Corre hacia el peligro: enfrentamientos con un cuerpo de memoria' , en la que la directora reflexiona sobre experiencias dolorosas como la muerte de su madre cuando tenía 11 años, el estrellato infantil, dolencias físicas como la escoliosis y una supuesta agresión sexual cuando era adolescente. «Todas son historias sobre recuperaciones, pero en el filme, lo interesante para mí fue la conversación entre el pasado y el presente, esta idea de la memoria y cómo nuestros recuerdos pueden ser moldeados por nuestra vida actual».

En el transcurso de un tenso período de dos días, las mujeres se reúnen en un pajar para debatir sus opciones. Aunque las mujeres no saben leer, saben poco del mundo exterior y varían dramáticamente en temperamento, sus conversaciones son productivas, incluso radicales. «El elenco está elegido con mucha sensibilidad. No hubo egos en ningún momento. Todo el mundo estaba ahí porque querían hacer la mejor película. Quería trabajar con Sarah. Querían contar esta historia. Todas nos alimentábamos unas de otras, respetándose, dándonos espacio para hacer lo que necesitábamos hacer. Cada día me sorprendía porque sabía exactamente lo que iba a ocurrir y terminaba gimiendo de llanto. Nunca he tenido una experiencia parecida con nada de lo que he hecho, nunca. Fue muy duro, porque hubo momentos brutales, técnicamente tuvimos días muy muy difíciles, pero los superamos juntas. No creo que nunca vaya a tener una experiencia como esta», admite Claire Foy.

Fue Frances McDormand, quien obtuvo los derechos del libro después de su lanzamiento en 2018, y la actriz señaló la importancia de esta distinción. «Cuando leí el libro, me di cuenta de que este era el tipo de ambiente, este era el tipo de forma en que quería hablar sobre lo que sentía: en un grupo de mujeres con matices, con sentido del humor, con sentido de comunidad, con sentido de urgencia, pero con un verdadero medio reflexivo. Quiero decir, después de ver la película, todos vemos el pajar ahora como un lugar sagrado».

McDormant interpreta a Scarface, una mujer que vive en el pasado y exige aceptar una realidad que las jóvenes no parecen dispuestas a seguir aceptando. «Scarface es muy tradicional, mantiene el estatus quo y no quiere mover el barco. Salome, mi personaje, siente que en ese ambiente, con ese tipo de persona, ciertos aspectos de la confianza y la fe se han roto. Ella está cuestionando su fe, pensando en cómo Dios puede permitir que eso les suceda. La aceptación de algunas mujeres es muy difícil de digerir para Salome. Scarface acepta su lugar dentro de la comunidad y eso es algo que el resto de las mujeres cuestionan», revela Foy. Salome tiene una enorme rabia en su interior y está claro que surge desde un lugar donde tiene motivos para estar enfadada. «Su ira es una defensa contra algo que le ha pasado a ella, a su familia, a su hija y a las mujeres en general. Está en una posición en la que también parece estar triste y utiliza su ira para prevenir porque no se puede permitir sentarse y enfrentar lo que está sucediendo. Ese es el viaje del personaje. La mejor manera de llegar a un fin desde los detalles», concluye Foy

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