Guillermo del Toro estrena 'Pinocho': «He intentado poner punto final a todas las pretensiones de inmortalidad»

El director mexicano estrena su propia versión animada del clásico, en la que introduce también su biografía. Se estrena primero en salas de cine y más tarde llegará a Netflix

Guillermo del Toro con su 'Pinocho' NETFLIX

María Estévez

El director Guillermo del Toro fusiona la versión de Pinocho que estrena este viernes en cine con su propia biografía para crear una fábula animada sobre padres e hijos que va más allá de la obra creada por Carlo Collodi. Del Toro solía ir al cine con su hermano mayor, pero hubo una película que vio con su madre, que los unió por el resto de sus vidas: el clásico animado de Walt Disney de 1940, ‘Pinocho’. Desde entonces ha querido llevar a la pantalla esta historia del títere de madera que termina por cobrar vida. Frustrado por el rechazo, el mexicano no se rindió ante las negativas y por fin logra hacer el sueño realidad.

—¿Por qué ha querido volver a visitar la historia de Pinocho?

—Vi la película cuando era un niño. Creo que fue la primera o la segunda película que vi con mi madre y siempre he pensado que era la única historia que captura lo que significa ser un niño. Desde entonces, ha estado en mi mente porque representa la esencia del ser amado. Empecé a pensar en el guión desde que era joven. Primero la desarrollé con arcilla, porque he estado trabajando en animación toda mi vida, y luego, alrededor del 2002, se publicó un libro de Pinocho con ilustraciones de Gris Grimly que me pareció perfecto para desarrollar mi película. Sin embargo, fuimos rechazados por todos los estudios en 2008. Todos nos dijeron que no. Quería que fuera parte de una trilogía junto a ‘El Laberinto del Fauno’ sobre la delicadeza de un niño rodeado por la guerra. Ese ha sido el camino. Un camino que he hecho también siendo padre e hijo. He aprendido cosas que hice mal siendo hijo y cosas que mi padre hizo mal siendo padre. Errores que he repetido como padre intentando evitarlas. He intentado incluir aquello que he aprendido en mis 58 años de vida y por eso termina diciendo: lo que pasa, pasa y después hemos terminado. La he hecho con toda mi humildad y respeto. En realidad, es una biografía. No importa si es una gran película, o ciencia ficción con efectos, o una cinta íntima, siempre que hago una película estoy hablando de cosas que me importan.

—¿Cuál es su fascinación con la animación ‘stop motion’?

—Quería hacer una película donde todo el mundo se comporta como una marioneta excepto la marioneta, y hacerlo con marionetas. Cuando todo el mundo dice que no es una marioneta, en realidad lo están siendo. Creo que era importante utilizar este medio con el que yo he crecido, porque he tenido una compañía de animación de ‘stop motion’ durante diez años y era un universo al que quería regresar. Hemos intentado mostrar una realidad con la ternura y la habilidad que imprime este medio. Desgraciadamente, se considera la animación como un género para niños y no lo es. Es cine para todos los públicos. Creo que es un género que produce emoción y es muy bello. La interpretación de este filme no tiene nada que ver con el mimo de la animación. Hemos creado interpretaciones reales.

—Pinocho es un musical, ¿cuándo decidió ese formato?

—Con el guionista, Patrick McHale, pensamos en la idea de incluir canciones en la primera parte de la película y luego, cuando aparecen los fascistas, dejar de cantar. Con el grillo nos hemos divertido porque tiene la mejor voz y todo el mundo espera que cante, pero es destruido cada vez que intenta cantar. La película está construida con padres e hijos: Gepetto y Pinocho , Gepetto y Carlo, incluso Jesús y su padre tienen una relación muy tensa. Quería que las canciones mostrarán la evolución de todas las relaciones y, al mismo tiempo, que el público entendiera que esas canciones nos llevan hacia la guerra.

—¿Es importante la profundidad musical de este filme?

—Sí. Sobre todo es importante para un mexicano porque nosotros cantamos todo el tiempo. Estamos hablando de la vida. Hay un poema muy bello de Jaime Sabines en México que dice: «Toda mi vida he oído una voz que dice, vive, vive, vive». He intentado examinar la vida, poniendo punto final a todas las pretensiones de inmortalidad.

Guillermo del Toro estrena 'Pinocho' NETFLIX

—¿Parte de la película se rodó durante la pandemia?

—Empezamos en persona y luego tuvimos que trabajar en Zoom, sí. Este filme se rodó parcialmente en México, donde yo empecé como animador. Las marionetas se rodaron en Mánchester, Inglaterra, porque se hicieron con marionetas mecánicas y no CGA. Pero la animación fue una parte importante porque rodamos miles de imágenes de 18 Pinochos, 22 Gepetos, 2 Iglesias: filmando con 62 unidades al mismo tiempo. Movíamos cada marioneta 42 veces por segundo para fotografiar. En México, teníamos 5 unidades de dirección trabajando al mismo tiempo, grabando principalmente el Limbo.

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