Entre la razón y la locura, la película que desquició a Mel Gibson y terminó con él en los tribunales

El actor, director y productor tardó 20 años en sacar adelante un filme sobre la creación del diccionario de Oxford. Ahora reniega del resultado

Mel Gibson y Sean Penn en Entre la razón y la locura
Fernando Muñoz

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Hay proyectos que parecen llevar toda una vida rondando por los despachos de Hollywood . Y la mayoría de ellos, cuando logran estrenar con éxito en la gran pantalla, construyen a su alrededor una historia de épica y superación como solo saben inventar allí. Pero cuando las cosas se complican, cuando algo falla, la catástrofe también es superlativa y el halo de tragedia se mezcla con líos judiciales, millones de dólares perdidos y estrellas convertidas en parodia de sí mismos.

De la segundo categoría es « Entre la razón y la locura », la última película maldita de la infinita lista de películas malditas de Hollywood . Un proyecto en el que Mel Gibson ha estado trabajando durante dos décadas, desde que comprara los derechos de la novela de Simon Winchester «The Surgeon of Crowthorne: A Tale of Murder, Madness and the Love of Words» (1998). El curioso argumento de la novela ya no apuntaba a una película espectacular: el profesor James Murray prepara la primera edición del Oxford English Dictionary con la ayuda de un doctor de un asilo psiquiátrico a mediados del Siglo XIX.

Gibson compró los derechos y se puso a trabajar en la película cuando en los periódicos las noticias todavía hablaban del «efecto 2000». Pensó en dirigirla primero, pero poco a poco los plazos se fueron alargando y terminó por ceder la dirección a Farhad Safinia, su cogionista de « Apocalypto ». Levantar una película nunca es fácil, y menos con un argumento tan alejado de los estándares de Hollywood. Así que las cosas se fueron dilatando hasta 2016, cuando por fin se pusieron a rodar después de convencer a varios productores para que se la jugaran en un filme con 25 millones de dólares de presupuesto .

Mel Gibson en Entre la razón y la locura

El rodaje estaba en marcha. Sean Penn acompañó a Gibson como cabeza de cartel y todo apuntaba a una interesante historia de época con dos talentos interpretativos. El rodaje fue bien, los medios estadounidenses publicaron fotos sobre el avance de la producción y, finalmente, sobre el último día de rodaje. Pero ahí la cosa se complicó.

Gibson y Farhad Safinia pidieron a Nicolas Chartier, jefe de la productora Voltage, que lideraba la producción, filmar cinco días más en Oxford , Inglaterra. Querían hacer allí nuevas tomas de varias escenas claves en lugar de en el Trinity College de Dublín. Pero el que pagaba la fiesta se cansó, dijo que la película ya estaba por encima de lo presupuestado y que se apañaran con lo que había. Y, a partir de ahí, el caos.

A Safinia le quitaron de los créditos como director. Ahora aparece firmada por un seudónimo, P.B. Shemran, después de pasar por los tribunales. Ante el juez, Gibson y su productora, Icon Productions, pidieron «secuestrar» la película por las desavenencias creativas y sobre el resultado final. El actor alegó que Voltage incumplió su acuerdo al negarse a permitir que Safinia completara el montaje. La jueza dijo que no, que la película se podría estrenar. Gibson salió de los tribunales renegando de la película y diciendo que no hablaría más de ella. Su sueño de 20 años terminó en pesadilla .

Desde la sentencia, Gibson y su amigo director rechazan cualquier vinculación con lo que se pueda ver en pantalla. Y aunque la compró una distribuidora, no se llegó a estrenar comercialmente en las salas de Estados Unidos. De los 25 millones que invirtieron los productores, apenas se han recaudado 6, todos fuera de EE.UU.

Además, la crítica de su país, que le tiene ganas a Mel Gibson, ha vilipendiado el filme. Eso sí, los espectadores del portal especializado Rotten Tomatoes le dan un notable. En IMDB, con 27.000 votos, «Entre la razón y la locura» tiene otro notable. Aunque no se pudo ver en cines en EE.UU. ni en España, en varios países se ha estrenado en Netflix y en Amazon. A España llega este viernes de la mano de Filmin. Juzguen ustedes el resultado.

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