El escritor rumano que llegó ilegalmente a Córdoba para trabajar en un desguace y cumplió «el sueño español»

«Parking» recoge el fascinante periplo por España de Marin Malaicu Hondrari, uno de los literatos con mayor impronta en las letras rumanas de hoy

La película se estrena en Filmin con Belén Cuesta, Ariadna Gil y Luis Bermejo escoltando a Mihai Smarandache

Belén Cuesta y Mihai Smarandache en «Parking»
Fernando Muñoz

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Hay vidas de película y películas sobre vidas que parecen de ficción. Una de esas es la de Marin Malaicu-Hondrari , un joven rumano que a principios de los años 2000 llegó ilegalmente a Córdoba. Allí buscó un trabajo -el que pudo «sin papeles»- y terminó como vigilante nocturno de un desguace. Ese fragmento de su vida no se distancia mucho del de tantos otros hombres y mujeres que llegaron en aquellos años a España para probar fortuna. Pero Hondrari vino con un motivo mayor: leer a los grandes escritores en español para aprender de ellos. Porque dejó su vida atrás para descubrir la lengua de sus maestros y comprenderlos mejor.

Pasababa las noches en el desguace leyendo a Bolaño, a Vargas Llosa, a Nicanor Parra. .. Y a tantos otros de los que luego sería su traductor cuando regresó a su país con un buen cargamento de experiencias que volcar en sus libros. Y lo hizo. Escribió « Apropierea », que se traduciría al español como « Cercanías », y se convirtió en un superventas en Rumanía allá por 2010. El joven vigilante del desguace, poeta de espíritu y de escritura, es considerado algo así como un «beatnik» del sigo XXI, solo que en lugar de buscar el calor de «Frisco» como los personajes de Keruac buscaba el sol de España, donde terminó viviendo cinco años.

Esa vida de película se cuenta en « Parking », que este fin de semana llega a Filmin . Hondrari supervisó el guion del director Tudor Giurgiu , aunque el protagonista del filme cambia su nombre por el de Adrian, al que presta su voz y rostro el actor Mihai Smarandache . Un intérprete que demuestra con su ajustado español un talento más que llamativo, y eso que lo rodean figuras patrias de la talla de Belén Cuesta, Ariadna Gil y Luis Bermejo . «Parking» propone un viaje de regreso a la España de los primeros años 2000, con Rumanía todavia fuera de la Unión Europea, e invita a acompañar a Adrian, o Marin, en una aventura romántica y lunática que ayuda a desvestir de pena la tragedia que se oculta detrás de la inmigración ilegal.

Belén Cuesta en Parking

Todo ello con la dirección del rumano Tudor Giurgiu, uno de los nombres propios del cine europeo, que ha trabajado por primera vez en España gracias a una coproducción un tanto particular. «En Rumanía se aprecia mucho la literatura, el teatro y el cine español. Yo me formé con películas de Saura, Bardem y Buñuel cuando era adolescente. Y descubrí a Lorca en la Universidad», descubre el cineasta.

Pese a sus dificultades con el idioma, Tudor dirigió al elenco patrio en esta aventura singular. Y con la sombra de Marin Hondrari desde Rumanía. «Su estilo es único», aplaude el cineasta. «No recuerdo a otro escritor con una experiencia de vida tan tremenda. Marin dejó Rumaía en el año 2000 como el héroe de una película», desgrana.

A través de largas conversaciones, Marin fue contando al director cómo vivió aquellos cinco años en España. «Fue bueno que me recordara todo el contexto social y político de los años 2000, porque olvidamos fácilmente lo complicado que eran las cosas. Por ejemplo, viajar entre España y Rumanía era difícil, no había vuelos de bajo costo y era muy costoso volver varias veces al año a casa. En España, muchos de los inmigrantes rumanos trabajaban ilegalmente, por lo que hubo momentos difíciles. Pero una cosa se mantiene desde siempre: la conexión entre nuestras culturas y la forma de ver el mundo y comportarnos. Eso lo sentí yo también en España», apunta el director.

El «sueño español» que Hondrari cumplió invita a la reflexión al cineasta: «Creo que todos los seres humanos tenemos este sueño de «partida», de «escape», por varias razones. Pero no todos somos personas como Bolaño o Marin. Nos hacemos demasiadas preguntas antes de tomar una gran decisión en nuestra vida, y el miedo a entrar en lo desconocido es grande. Por eso hice esta película, ya que nunca habría tenido el coraje de vivir este "sueño español" como lo hizo Marin. Quería aprender cómo fue para él y también comprender más mis miedos. Bajo cualquier circunstancia, este tipo de sueño tiene sus lados amargos. Es una experiencia complicada y no siempre es ganadora», relata. Por suerte, el escritor rumano sí salió triunfante de aquel viaje.

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