El documental que denuncia la mirada masculina del cine

‘Brainwashed: Sex-Camera-Power’ culpa al encuadre de algunas películas de la epidemia de agresiones sexuales

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Anthony Perkins en 'Psicosis'
Lucía M. Cabanelas

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Da igual si es de Fritz Lang o de Hitchcock, pocas obras maestras se libran del ojo crítico de Nina Menkes , que desmenuza, a través de planos, iluminación y encuadres, la mirada masculina de casi 200 de las mejores películas en ‘Brainwashed: Sex-Camera-Power’ . El estriptis de Jane Fonda en ‘Barbarella’, el paneo de la cámara de Godard por el cuerpo desnudo de Brigitte Bardot en ‘El desprecio’, incluso el plano inicial de ‘Lost in traslation’ a las bragas transparentes de Scarlett Johansson. Una forma de rodar que, según la directora, cosifica a la mujer, tal y como analiza en el documental que estrena hoy TCM (22.00 h.).

El título, que se traduce como lavado de cerebro, es más impostura que credo, toda vez no hay, en principio, voluntad para objetivizar a la mujer por parte de los directores que comenta y que han rechazado participar. «No sabemos si es consciente o inconsciente, pero sí es deliberado. Alguien tomó la decisión de cómo rodar esa escena. Normalmente es un productor masculino con un director de fotografía masculino y un equipo masculino. Y la chica está tumbada desnuda en el sofá», asegura en una entrevista Menkes.

Nina Menkes, directora de 'Brainwashed: Sex-Camera-Power' TCM

Con este postulado la cineasta no pretende, sin embargo, defenestrar obras maestras del séptimo arte, más aún cuando la tiranía de la cancelación está a la orden del día. «¿Significa eso que debemos tirar la película a la basura? No. Tomemos conciencia, eso afecta al cambio», afirma.

Uno de los puntos más controvertidos del discurso de Nina Menkes relaciona la sexualización y cosificación de la mujer en Hollywood con la epidemia de agresiones sexuales. «No es el único, pero es un factor. La percepción no es caprichosa, es fatal. La forma en que percibimos a otras personas es la forma en que las tratamos», dice.

Entonces, ¿una película de asesinatos promueve la violencia fuera de pantalla? «La cuestión es la dosis. Si de mil películas diez cosifican a las mujeres y 990 no, es parte de la vida. A veces eres un objeto, otras un sujeto. El problema es que si pasa todo el tiempo, se filtra», sentencia.

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