Crítica de 'Mass': El derecho de los padres al dolor y no solo a la culpa

Jason Isaacs, Martha Plimpton, Ann Dowd y Reed Birney protagonizan un fabuloso duelo de actores

Jason Isaacs y Martha Plimpton, en 'Mass'
Federico Marín Bellón

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El encuentro con un verdugo puede ser traumático, como vimos en la película española 'Maixabel' , pero hay situaciones aún más incómodas, si cabe. Dicho esto, que ya es mucho, es posible que el futuro espectador prefiera no leer nada sobre esta obra también excelente, que juega al desconcierto en los primeros minutos. Con calculada parsimonia, Fran Kranz , buen actor que debuta como guionista y director, nos va dejando entrever por qué una serie de personas se reúnen en el sótano de una iglesia. Para muchos, debería ser el momento de abandonar este texto, que por una vez es algo más explícito de lo normal con el argumento.

A fuerza de escondernos el motivo de la cita entre los cuatro protagonistas en el primer cuarto de la película, Kranz logra ganarse nuestra atención. Lo que sigue es una confrontación desgarradora, un duelo entre padres, y entre actores, menos divertido que 'Un dios salvaje' , de Polanski , y con hondura comparable a la que mostraba la citada película de Icíar Bollaín .

Ficha completa

'Mass'

'Mass' triunfó en Sundance y acabamos de ver con 'CODA' la puntería que tienen en el festival creado por Robert Redford . Como casi siempre ocurre con el estreno de un actor tras la cámara, el trabajo de interpretación se vuelve esencial. Kranz, por cierto, es algo parecido al villano de 'Julia' , serie sin malos de verdad que este mismo jueves se estrena en HBO Max. Aquí termina de demostrar su inteligencia, por si hacía falta.

Martha Plimpton , Jason Isaacs , Ann Dowd y Reed Birney transmiten con enorme oficio todo el dolor, ensuciado a veces por el rencor, que puede sentir un padre agraviado. Con una puesta en escena minimalista, teatral por pura necesidad pero nada artificiosa, Fran Kranz renuncia a trucos de guion o de cámara para aliviar una tensión que por momentos es difícil de soportar. Lo fía casi todo a sus actores, que no le fallan y ofrecen un recital de miradas y matices , en los que ni por un momento caen en la sobreactuación.

Más allá de los aspectos cinematográficos, del disfrute que siempre proporcionan los personajes inteligentes y verdaderos, 'Mass' se atreve a plantear además un debate moral de altura. No se trata de equidistancias ni de establecer una competición de sufrimiento. La historia aborda algo que también planteaba Fernando Aramburu en 'Patria', tan bien llevada después a la televisión, el reencuentro de dos madres separadas por una bala , como decía Aitor Gabilondo .

En su inteligente desarrollo, la película va tocando palos esenciales después de cualquier tragedia: el dolor, el perdón, la catarsis y la sanación a la que cabe aspirar después de volver del infierno. También descubre la inevitable culpa y el derecho a sufrir que tienen los padres de alguien que ha causado un gran daño, aunque no siempre les esté permitido mostrarlo.

El título no se ha traducido (creo que es un error) probablemente porque no encontraron uno mejor en español y para no perder el doble sentido que tiene en inglés, en cierto modo destripador del argumento. 'Mass' puede ser una ceremonia religiosa –la cinta transcurre en una iglesia– y puede aludir también a los tiroteos en masa, tan frecuentes en Estados Unidos.

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