Frozen: cantando bajo la nieve en el Barclaycard

Niños y niñas de todo el mundo, padres, madres y hasta los mismísimos marines del ejército de Estados Unidos han caído rendidos ante Frozen, una de las últimas grandes producciones de la factoría Disney. Y ahora, tras su paso triunfal por todas las salas de cine, la película vuelve a la capital con un formato de lo más especial. «Disney in Concert: Frozen, el Reino del Hielo» es el nuevo espectáculo que aterrizará el 11 de noviembre en el Barclaycard Center, en el que se realizará una proyección en una pantalla gigante mientras las famosas canciones de la película son interpretadas en directo por la Film Symphony Orchestra (FSO) y cuatro solistas (Miguel Antelo, Toni Menguiano, Laura Pastor y Celia Vergara, que son las voces de los personajes principales: Anna, Elsa, Olaf y el príncipe Hans), acompañados de un coro de 24 cantantes.

Constantino Martínez-Orts, el director de esta orquesta dedicada exclusivamente a la música de cine (la primera de este tipo en Europa), asegura que Frozen es «uno de los grandes hitos en cuanto a los musicales de los últimos veinte años», y por eso merecía la pena crear un espectáculo como este «en el que se mezcla la magia de la película con la fuerza de la música en directo». Además, se va a recrear la atmósfera del Reino del Hielo con cañones de humo, luminotecnia de última tecnología, e incluso nieve artificial que caerá desde el techo del Barclaycard Center.

Fan declarado del filme, Martínez-Orts, cuenta que la preparación ha tenido sus dificultades técnicas, ya que «no puede haber el más mínimo ápice de falta de sincronización. Eso lo convierte en una de las experiencias más bonitas y gratificantes que he afrontado en mi carrera, pero también de las más estresantes. ¡Me gustan las emociones fuertes!», bromea.

Acercar la música

Al margen de la diversión que encontrarán grandes y pequeños en esta espectacular proyección, el director de la FSO considera que «el fenómeno fan que ha desatado la película» ha creado «una gran oportunidad para acercar a las familias a la música, para despertar un interés y una curiosidad por las orquestas». Mientras estudiaba las partituras, Martínez-Orts comprobó que «las composiciones son brillantísimas, divertidas de tocar pero también muy complejas», y no duda de que el público los acompañará cantando desde las gradas. «Es que en realidad, su banda sonora se ha convertido en un hit pop; la gente lo vivirá como una fiesta», dice.