El Príncipe de Asturias hace entrega al pintor Antonio López (dcha), del Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2006, en un acto celebrado en el Museo del Prado. /EFE
en el museo del prado

El Príncipe entrega el Premio Velázquez al pintor Antonio López

El nombre de Antonio López se une así a los de Ramón Gaya, Antoni Tapies, Pablo Palazuelo y Juan Soriano

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El Príncipe de Asturias ha entregado hoy al "maestro" Antonio López, artista de "aguda sensibilidad" y mirada libre, en palabras de don Felipe, el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2006, en su quinta edición.

"Muchas gracias por hacer lo que haces y por ser como eres: maestro", le dijo el Príncipe a Antonio López después de entregarle, en presencia de doña Letizia, el más prestigioso galardón de artes plásticas que se concede en España.

El nombre de Antonio López se une así a los de Ramón Gaya, Antoni Tapies, Pablo Palazuelo y Juan Soriano, anteriores ganadores de un Premio con el que el Ministerio de Cultura reconoce la obra de un creador plástico iberoamericano.

En presencia de "Las Meninas" de Velázquez, una de sus "devociones" desde que con 13 años visitara por vez primera el Museo del Prado, y de otras de sus grandes obras maestras, Antonio López recogió de manos de don Felipe el Premio. "Muchos creemos -dijo el artista manchego- que la práctica del Arte ya es en sí un privilegio que debía bastar para llenar una vida".

Don Felipe recordó la admiración y aprecio que toda la Familia Real siente por su obra y por su persona -todavía no ha concluido un cuadro de gran formato con los Reyes y sus tres hijos que comenzó a pintar hace años- y que en 1985 le entregó personalmente en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

"Nuestra admiración -afirmó- se extiende tanto hacia sus espléndidas creaciones primeras, llenas de sentido poético, profundidad y connotaciones oníricas, como hacia toda su gran obra posterior, de un realismo renovador y trascendente, en la que ha sido capaz de incorporar casi todos los hallazgos técnicos propios del informalismo".

Para el heredero de la Corona, Antonio López no puede ser etiquetado como un pintor tradicional, "porque su lenta y reflexiva mirada hacia la realidad es una mirada eminentemente moderna", ni su estilo pictórico considerado "realismo al uso".

El artista recuerda el ejemplo de su tío

Antes, el artista nacido en Tomelloso (Ciudad Real) en 1936, había aprovechado su discurso de agradecimiento para evocar a su tío Antonio López Torres, la persona que le inició en la pintura y que para él fue "el mayor ejemplo de talento" artístico que ha conocido.

La persona que le colocó por vez primera delante de un lienzo en blanco, que le animó a trabajar directamente del natural y que convenció a sus padres para que, con trece años, le enviaran a estudiar a Madrid, a finales de la década de los 40 del siglo pasado.

Ahora, transcurrido el tiempo, a Antonio López le sigue asombrando la "seguridad" de su tío "en mi capacidad para la pintura, su voluntad en que fuera pintor", y le conmueve "hasta qué punto sentía a pesar de sus dificultades de entonces que la pintura era una buena tarea a la que dedicar la vida".

Un Antonio López adolescente entraba en la pintura "como en un jardín", pero pronto percibió, confesaba hoy el gran maestro de la Escuela de Madrid, "que el jardín era un bosque, prodigioso y arriesgado". "He vivido este largo recorrido -decía en presencia de importantes personalidades del mundo del arte- con entrega, a veces con zozobra". Una aventura a la que ha dedicado "con gusto" su tiempo y que le ha permitido "encontrar a la mejor gente" y construir su vida afectiva y profesional.