21.000 personas la han velado

Miles de personas y amigos despiden a Rocío Jurado en Madrid

Tras la despedida de los madrileños, Rocío Jurado será enterrada mañana al mediodía en Chipiona, su localidad natal

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Como una diva querida, admirada y respetada se va de Madrid Rocío Jurado , tras ser velada por su familia durante más ocho horas y por los más de 22.000 ciudadanos que han querido dar su último adiós a la cantante en el Centro Cultural de la Villa, que cerró sus puertas a las ocho de la tarde.

A las siete y cuarto de la tarde se cortó el acceso del público a la capilla ardiente y los familiares se fueron despidiendo para que el personal encargado de trasladar el féretro de la cantante pudieran realizar su trabajo.

Un momento duro en el que el ataúd se quedó solo en la sala con los funcionarios, que retiraban las banderas de España y de Andalucía que le cubrían y las decenas de coronas que han ido llegando de todos los lugares y rincones, de su familia, de instituciones o de Serrat, Manolo Escobar, Víctor Manuel y Ana Belén o Carmen Sevilla, entre otras muchas.

El coche fúnebre salió del Centro Cultural de la Villa a las ocho en punto camino del aeropuerto de Torrejón de Ardoz, en el último viaje de la Chipionera hacia su tierra, donde será enterrada mañana por la tarde y donde recibirá el cariño de sus paisanos.

Y como era de esperar el fervor del público se hizo patente una vez más y rompió en aplausos al paso del coche fúnebre y de la comitiva de ocho coches que le seguía detrás con familia. Así, Madrid, la ciudad que eligió Rocío Jurado para vivir, se ha echado hoy a la calle para despedir a la más grande, que si hubiera nacido en Alemania hubiera cantado a Wagner; en Italia, a Bellini y en Francia, la Carmen de Merimée, como recordaba hoy el historiador Juan Adriansen.

Amigos y desconocidos se despiden de la cantante

Ciudadanos de a pie, de España y todos los países, muchos de ellos de Latinoamérica, han aguantado en la jornada de hoy horas de espera para poder estar por unos minutos cerca Rocío y de su familia, despidiéndose de la cantante con un último pensamiento, un clavel rojo, una lágrima o con un beso en el aire. Anónimos a los que seguro que la cantante les ha puesto banda sonora durante parte de su vida y que hoy se mezclaron con famosos y amigos de la familia.

Representantes de todos los ámbitos, políticos, cantantes, periodistas, actores, músicos y toreros. Todo un crisol de incondicionales de la que es y será "la más grande". Personas emocionadas que han sofocado el dolor de la familia en el velatorio y que les ha dado fuerza para mantenerse en pie, sin beber ni comer, con un Ortega Cano que no ha perdido en ningún momento la serenidad y compostura, al igual que el resto de la familia que estuvo impecable con la prensa y con todos sus admiradores.