El sendero positivo

El Emperador amenaza. Las exclusivas hay que respetarlas y Washington no está de acuerdo con el programa nu-clear iraní y urge a Teherán a tomar lo que Bush llama «el sendero positivo», que consiste básicamente en se-guir siendo la nación más rica del mundo mientras a las otras no les de-jan ni enriquecer uranio. Para paliar el posible mal efecto de su poder hegemónico, el presidente de los Estados Unidos se compromete ante la Unión Europea a cerrar cuanto antes la te-rrorífica prisión de Guantánamo.

Es cierto que vivimos tiempos revueltos, pero no es menos verdad que ninguno de los anteriores han carecido de agitación. A poca curiosidad que se tenga por la Historia se advierte que siempre ha sido una gigantesca crónica de sucesos y no puede esperarse que la cosa mejore. Raimon Panikkar, que es a la vez católico, hindú y budista, además de sacerdote y secular, acaba de recordarnos que el 50 por ciento de la población mundial vive con menos de dos euros al día. ¿Cómo vamos a tener el mismo punto de vista los que estamos superalimentados que aquellos a los que el hambre les nubla la visión?

Al lado de los problemas de supervivencia, todos los demás son baladíes, aunque ocupen grandes titulares en los periódicos. ¿Qué importa que dos guardias civiles de la localidad cordobesa de Almodóvar del Río hayan solicitado la retirada de la estatuilla de la Virgen del Pilar del cuartel donde prestan sus servicios? Parafraseando a Santayana podemos decir que en España hay mu-cha gente convencida de que Dios no existe, pero que se siente igualmente segura de que la Virgen es la madre de Dios.

Estos dos miembros del benemérito cuerpo, por el contrario, al margen de sus creencias, no se fían de la Virgen y corren para pedir que se la lleven. Cuestiones menores. Para transitar «el sendero positivo» hace falta que todo el mundo coma.