EL SALVADOR. Kaká celebra eufórico su primer gol en el Mundial y que dio la victoria a su selección. / REUTERS
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Brasil gana hasta cuando no es Brasil

Los pentacampeones derrotan a Croacia con un gol maravilloso de su mejor hombre, Kaká, pero dejan dudas sobre el estado de forma de algunos jugadores

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Brasil gana sí o sí. Vence cuando juega bien. Se impone cuando juega menos bien, o sea, regular. Y también se las arregla para llevarse la victoria cuando lo hace mal. Porque ayer el esperado estreno del pentacampeón fue un pequeño fiasco. No cabía un alma más en el Olympiastadion de Berlín. Nadie, ni Angela Merkel, se quería perder su puesta en escena. Un decorado maravilloso, un estadio teñido de amarillo y cuadrados rojos y blancos. Veintitantos mil aficionados cercanos a la 'canarinha', pero otros tantos croatas-croatas de verdad, no nacionalizados que son de Brasil porque siempre es mejor ser del campeón que de uno del relleno.

Parreira presentó sus 'once' protagonistas principales. Va a intentar el técnico brasileño la comunión de sus hombres carismáticos, pero le va a resultar difícil mantener ese dibujo táctico hasta el final del campeonato.Cuando se vayan envenenando los rivales, cuando lleguen las eliminatorias directas, ese 4-2-2-2 encierra demasiado peligro. Es vulnerable. Croacia no encontró la maña para ponerle en aprietos, pero la hay, seguro que la hay.

Partido en dos

El equipo se parte en dos. Ronaldo, Ronaldinho, Adriano y Kaká raro es que bajen a su campo a echar una mano a sus dos centrocampistas -Emerson y Zé Roberto- y menos mal que Cafú y Roberto Carlos, sin nadie a quien marcar, pudieron adelantar unos metros sus posiciones y reforzar una zona ancha que se antoja demasiado despoblada de 'amarelhos'. Atrás, Lucio y Juan se las ven mano a mano, dos para dos, con los dos puntas. Ayer fueron Prso y Klasnic, que no anduvieron muy finos -sobre todo el primero-, pero cuando sean otros los dos atacantes pueden pasar sus apuros.

Le faltó a Brasil todo el primer tiempo precisamente lo que más se le exige. Fútbol, juego. Tuvo el balón, dominó la situación, marcó el ritmo del encuentro, pero era más por inercia, por el repliegue voluntario de los croatas -con siete y ocho jugadores por detrás del balón- que porque los brasileños les apabullaran. Kaká y Ronaldinho estuvieron demasiado escorados a las bandas y Ronaldo y Adriano, sencillamente inoperantes. Sólo cuando los dos primeros se involucraban en el juego de conjunto, Brasil tenía coherencia.

Dida también existe

Antes del golazo de Kaká, en una internada por el centro, sólo dos momentos de peligro para Pletikosa, que desvió a córner dos remates, de Roberto Carlos y Ronaldinho, casi consecutivos. De Dida no se supo nada hasta la segunda parte, cuando Croacia ya se estiró en busca del empate y Brasil comenzaba a conjugar un verbo al que no está acostumbrado: defender.

El gol de Kaká merece unas líneas. Ese es Kaká. Un interior fino que la pega con potencia y destreza. La conjunción de ambas cualidades llevaba su remate con la izquierda después de perfilarse el balón para su pierna menos buena. Un tanto a cinco minutos del descanso celebrado desde el banquillo como si valiera el hexacampeonato.

El Brasil de la segunda parte estuvo aún más espeso y pesado que el de la primera. Pasó a jugar a la contra y no es lo suyo, aunque tuviera sus oportunidades como un remate Ronaldinho de cabeza (m. 62) y Adriano (m. 73), en jugada de Robinho que había sustituido a un Ronaldo desaparecido. Pero también Croacia hizo sus pinitos rematadores con Dida seguro y bien colocado en hasta tres acciones muy cercanas. La salida de Robinho aportó oxigeno al equipo en el momento que más lo necesitaba. El equipo se estiró, se sacudió el dominio y resistió hasta el final más cerca de Platikosa que de Dida. El 'penta' ya tiene tres puntos, pero ha sembrado unas dudas que deberán resolverse en próximos desafíos. 1 0