Una seguidora de Humala participa en un mitin. / EFE
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Alan García y Humala apuestan por la guerra sucia hasta el cierre de campaña

Los dos candidatos luchan por la presidencia de Perú bajo las sombras de Chávez, Fujimori y Montesinos El socialdemócrata parte como favorito

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Los candidatos a la presidencia peruana, Alan García y Ollanta Humala, cerraron anoche sus campañas electorales en Lima y Cuzco, respectivamente, tras semanas de guerra sucia y permanentes intromisiones del gobernante venezolano, Hugo Chávez.

García parte como favorito en la carrera y ayer quemó su última traca en la capital con un mitin multitudinario. Volvió a la carga y calificó a Humala de «violentista» y «senderista», al consi- derar que el ex comandante busca «instigación» y «violencia». En alusión a Chávez, quien ha mostrado su apoyo público a la candidatura de Humala y tildó de «ladrón» a García, señaló que Perú está «siendo penetrado y dominado por el dinero petrolero».

Humala, por su parte, cerró la campaña en la ciudad andina de Cuzco, uno de sus más preciados feudos, donde pidió no dejar el país en manos de «sinvergüenzas», en alusión a su rival, que tras su Gobierno (1985-90), según dijo, Perú quedó sumido en una grave crisis económica. El ex comandante reiteró su compromiso de redactar una nueva Constitución y revisar los contratos de las multinacionales, como lo hizo horas antes ante miles de habitantes de San Juan de Lurigancho, el distrito con mayor población electoral y donde están en juego casi medio millón de votos.

Salió una vez más al paso y negó que Chávez haya financiado su campaña, al reiterar que las denuncias del Partido Aprista sólo buscan alimentar el temor. El ex militar, quien resultó el más votado en la primera vuelta del 9 de abril, respondió también al supuesto capitán del Ejército venezolano, identificado como Moisés Boyer, quien denunció que Chávez entregó 500.000 euros al suegro de Humala, Ángel Heredia.

Humala también se defendió del calificativo de «violentista» que le otorgó su rival y reiteró que han sido los seguidores de García quienes han protagonizado los casos más graves de violencia, en alusión al tiroteo de la semana pasada en el Cuzco cuando tres militantes nacionalistas resultaron heridos de bala.

Fujimori

En esta contienda además se han visto envueltos el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), bajo arresto domiciliario en Chile a la espera de un proceso de extradición, y su otrora asesor y todopoderoso, Vladimiro Montesinos. Tanto Humala como García se han acusado mutuamente de representar los intereses del fujimorismo, y para ello han aportado vídeos, cintas de audio y documentos que supuestamente acreditan sus teorías.

De cualquier forma, Lima, que concentra a un tercio de los más de dieciséis millones de peruanos convocados el domingo a las urnas, se ha convertido en el punto clave y en la codicia de ambos candidatos, ya que la mayoría de los votos emitidos en la capital en la primera vuelta fueron a parar a la conservadora Lourdes Flores, quien no logró entrar en la segunda ronda. A dos días de la votación, el socialdemócrata tiene asegurado el apoyo del norte peruano, mientras que el nacionalista cuenta con el respaldo mayoritario del sur, cuando los sondeos de intención de voto, cuya publicación está prohibida desde el pasado domingo, les otorgan una diferencia que se ha estrechado hasta los cuatro puntos.