«Eligen los chalés por su aspecto y el entorno»

El perfil de los asaltantes y sus métodos de actuación están bien definidos por las fuerzas de seguridad. «Son albano-kosovares, rumanos, búlgaros y colombianos. Muchos han participado en la guerrilla y en los conflictos bélicos de la antigua Yugoslavia. Por eso, obedecen a consignas militares, conocen bien la tecnología y actúan coordinadamente», enumera el portavoz de la Dirección General de Policía, José María Seara.

Está claro que trabajan en grupo, aunque el número de miembros es variable. «Cuentan con medios muy sofisticados, van fuertemente armados, son violentos y peligrosos», expone Manuel del Álamo, representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. El teniente alcalde de Les Borges del Camp completa la descripción enfatizando la crueldad con la que operan: «Son hombres muy preparados -dice Joaquim Calatayud-. Se han hecho grandes pegando tiros y viendo torturar al vecino».

«Las bandas actúan según sus posibilidades y hay terrenos que perciben como ventajosos», reflexiona Del Álamo. En este sentido, todas las personas consultadas -desde los propios vecinos hasta los gobiernos de Cataluña y Valencia, pasando por los partidos políticos- coinciden en que el despliegue policial en Tarragona es «insuficiente» y que eso, «sin duda alguna, resulta muy tentador».

Sin embargo, los allanamientos se producen en diferentes puntos de España, desde las autonomías mencionadas hasta Madrid, Valladolid, Málaga y Alicante. La dispersión dispara una pregunta: ¿Qué otros factores, aparte de la presencia policial, inciden en la selección de víctimas?

Como norma, los chalés son escogidos «por su aspecto» y las urbanizaciones, «por el entorno», señala la Guardia Civil. Cuanto más aislados estén de la ciudad y más cerca se encuentren de un acceso a la red de autopistas, mejor. Para Garbiñe Henry, analista de Azertia Consulting, estas condiciones explican, en parte, que no se produzcan asaltos de este tipo en el País Vasco.

«Las urbanizaciones de Euskadi tienen otras características. No son tan grandes como las de Cataluña o Madrid y, además, son más recientes», describe. El tamaño es un elemento a tener en cuenta, pero lo que 'frena' realmente a los agresores «es la orografía». Los montes y las sinuosas carreteras operan como un poderoso «disuasor».