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La selección de Rusia espera la llegada de Hiddink a su banquillo

El técnico holandés estará en el Mundial dirigiendo a Australia, pero se incorporará al banquillo ruso el 9 de julio

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Estuvo a un paso de clasificarse para la repesca, pero se quedó fuera por la diferencia de goles y Rusia decidió entonces tomar otro rumbo y fichar a un nuevo seleccionador, Guus Hiddink, que sí estará en el Mundial, al frente de Australia. Mientras los rusos esperan la incorporación del técnico holandés, a partir del 9 de julio, sobreviven con una selección nacionalizada que se caracteriza por su actitud defensiva y la filosofía del contraataque.

Semejante a Ucrania, a Rusia, ahora formada exclusivamente por jugadores que militan en la liga de su país, le falta sin embargo un matador del área como es Shevchenko. Sus máximos goleadores, Arshavin y Kershakov, sólo marcaron cinco y cuatro tantos en la fase de clasificación. Son los delanteros del Zenit de San Petersburgo que cayó ante el Sevilla en los cuartos de final de la UEFA. El que aporta más internacionales a esta selección es el anterior campeón de esta competición europea, el CSKA de Moscú. Del Spartak, en cambio, el técnico interino, Alexandr Borodiuk, sólo ha convocado a un jugador, el veterano Titov, que regresa tras cumplir su sanción por dopaje. El centrocampista dio positivo por bromantan, un encubridor, en 2003, y fue castigado con un año de suspensión que le impidió jugar la última Eurocopa.

Rusia vivió su época de oro en los 50 y 60, cuando era parte de la Unión Soviética y llegó a ser campeona de Europa y semifinalista del Mundial del 66. Como independiente, su declive ha sido evidente. La anarquía futbolística y su debilidad defensiva se confirmó en el Mundial de Estados Unidos 94. No se clasificó para el Mundial de Francia 98 y fracasó en el de 2002 y también la Eurocopa de 2004. Ahora ocupa la 37ª posición en el ránking FIFA.

A pesar de que sólo se perdió la repesca mundialista por diferencia de goles ante Eslovaquia y fue derrotada una sola vez en 12 partidos (7-1 ante Portugal), fueron los empates los que la privaron del sueño. En el último partido, decisivo frente a su rival directo, necesitaba ganar a Eslovaquia, pero sumó su quinto empate (0-0) y sufrió así un durísimo revés del que intenta recuperarse mientras espera la llegada Hiddink.