SITUACIÓN. Miles de niños viven en orfanatos repartidos por diversos países a espera de encontrar una nueva familia.
Jerez

En busca de un nuevo hogar

Un total de once familias jerezanas adoptaron el pasado año a menores procedentes, en su mayoría, de países como China o Rusia

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China, Rusia, Irak, Afganistán, Honduras, Somalia o Santo Domingo, el país da igual. En todas y cada una de estas zonas del planeta existen niños que esperan una oportunidad para poder ser felices. Sus vidas diarias están llenas de penurias, trabajo y, en muchas ocasiones, malostratos donde el hambre es un fiel compañero difícil de abandonar.

Son muchas las asociaciones que trabajan a diario para evitar estas situaciones pero existe otra salida: que personas procedentes de Occidente decidan adoptar a estos pequeños en sus hogares. Este paso no es nada fácil, pero la recompensa para todas aquellas personas que los llevan a cabo es verdaderamente gratificante.

En Jerez, son muchas las familias que han dado este gran paso y que en la actualidad disfrutan del cariño de estos pequeños. A lo largo del pasado año se produjeron 66 adopciones en toda la provincia de las cuáles 11 fueron promovidas por parejas jerezanas. En la mayoría de las ocasiones, los países de origen de estos niños es la lejana China, ya que en ella hay menos trabas tanto económicas como legales para que se lleven a cabo estos procesos.

Para hacerse una idea, en China el proceso de adopción de un menor cuesta aproximadamente unos 9.000 euros, mientras que en Rusia (primer destino de origen de procedencia de pequeños adoptados por jerezanos en el año 2005) el coste se incrementa hasta los 18.000 euros.

Otro de los requisitos indispensable para poder adoptar a los niños es que sus familias de acogida se trasladen hasta los países de origen de ellos. A Rusia, por seguir con los mismos ejemplos, habría que viajar al menos en dos ocasiones mientras que en China sólo hace falta un único viaje con la permanencia de 15 días en el país.

De esta forma, el pasado año fueron cuatro los niños procedentes de este país asiático los que desembarcaron en la ciudad, cinco pequeños de Rusia, uno de Colombia y otro más de la República Dominicana.

Las adopciones en países latinoamericanos y africanos «son mucho más complejas, e incluso puede darse el caso de que los países de procedencia de los pequeños no tengan elaborados acuerdos internacionales para este aspecto, por lo que esto se complica mucho más. De hecho, en esta ocasión, influye mucho el empeño de los futuros padres», como se sostienen desde la Consejería para el Bienestar Social, institución encargada de gestionar este tipo de asuntos.