Política y religión

Dando por sentado que mis conocimientos sobre los derechos canónico y civil son menos que nulos, creo que la defensa de mi opinión al respecto está más que sustentada por Luis Suárez y José Ramón Díaz Alersi. Empero, como católico pedáneo, quiero añadir que eso de calificar como acto político a una Eucaristía, que como todos los domingos se celebró en el Oratorio, es una memez como la copa de un pino. En la modesta opinión de un servidor, la política tal y como se lleva en este país es una auténtica mierda, que poco tiene que ver con los ciudadanos y por fortuna menos con la religión. La entrada de unos autoproclamados laicistas en un templo, a lomos de la llamada cultura, va a terminar como la de un elefeante en una cacharrería. Y ese es nuestro rechazo. Con todo el cariño debo decir que el ordinario de la diócesis, dicho el sustantivo con respeto, debía sacudirse algún mal consejero de los que pululan por ahí y prestar oídos al clamor de los pocos seglares que aún estamos en primera fila. Hoy por hoy somos cuatro gatos, Eminencia, y encima se nos maltrata.

José Antonio Blanco García. Cádiz