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La munición hallada en el cadáver de un perro conduce a la detención de un asesino

El calibre empleado para matar al perro coincide con el que utilizó el presunto homicida de un ciudadano rumano la pasada Nochevieja

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La muerte de un perro ha sido la pista que ha llevado a la Policía a detener a Andrés B.G. como presunto autor de la muerte de un rumano en Nochevieja, ya que coincide la munición empleada en ambos casos y que, además, se produjeron los dos en la plaza Redención de Breda de Carabanchel.

Según informa la Policía, la primera pista que encontraron los agentes fue un orificio hallado en un ventanal del salón de la casa donde se encontraba la víctima, que les condujo a descubrir la trayectoria de la bala del calibre 22 Mágnum, con la que habían disparado al ciudadano rumano, de 23 años, mientras estaba asomado a una ventana del domicilio en el que participaba en una fiesta de fin de año. Más adelante, la Policía investigó hechos similares en la misma zona y franja horaria, y descubrió que, meses antes, un perro había muerto por arma de fuego mientras se encontraba atado a un banco de la plaza.

El veterinario que examinó el cuerpo del perro no encontró marca de pólvora que indicase que el disparo se hubiera hecho a corta distancia sino que más bien parecía provenir de la casa contigua al edificio en el que estaba el ciudadano rumano muerto en Nochevieja. En ambos casos, el ruido resultó un dato determinante en la investigación, ya que la muerte del ciudadano rumano ocurrió durante una fiesta en que la música estaba muy alta, y en el caso del animal, se trataba de un perro "muy ladrador", que, según la nota de la Policía, ese día se encontraba muy alterado. Posteriormente, la Policía estudió las licencias de armas cuyos propietarios vivieran en la zona y descubrió que Andrés B.G., de 36 años, poseía autorización para dos carabinas y un rifle con licencias para caza mayor y para arma larga rayada.

Cuando la Policía acudió al domicilio del sospechoso para incautar las armas, Andrés B.G. no les entregó la carabina del calibre 22 WMR porque, según explicó con evidentes síntomas de nerviosismo, se la habían robado del coche la mañana del 31 de diciembre de 2005. Además, añadió que no había presentado denuncia por temor a complicaciones, ya que se había enterado al día siguiente por la prensa de la muerte de un ciudadano por un disparo de arma del mismo calibre que la que le habían robado. Sin embargo, la Policía considera poco probable que el detenido supiera el calibre de la bala, ya que las primeras informaciones hablaban de uno similar pero no el mismo.

El detenido también alegó que no dio parte del robo o daños en su vehículo porque lo había dejado abierto en un descuido, algo inexplicable, según la Policía, si se tiene en cuenta que su coche tiene sistema autocierre y, además, sólo le robaron ese arma y no las otras dos. Ante las múltiples contradicciones de Andrés B.G., los agentes le arrestaron y posteriormente el juez ordenó su ingreso en prisión. La investigación continúa abierta, ya que los agentes del Grupo V de homicidios investigan otros hechos en los que pudiera haber estado implicado el detenido.