AL NATURAL. Pérez Mota demostró su toreo al natural, ante un buen novillo de La Dehesilla.
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Buen toreo en Rota

Buena novillada de la Dehesilla en la que destacaron el buen toreo de Pérez Mota y la entrega de Caraballo. Alejandro Morilla fue sustituido por una lesión

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Se anunciaba un cartel con novilleros importantes de la zona, tres de la provincia de Cádiz y uno de Madrid. Al final, y por una lesión en la rodilla, se caía del cartel el joven portuense, Alejandro Morilla. En su lugar, un desconocido Antonio Ramírez, de Carmona (Sevilla).

La novillada de La Dehesilla, propiedad de José Luis Pereda, estuvo muy bien presentada, con novillos de buenas hechuras, bajitos, hondos y con mucho temple que supieron sacarle partido Pérez Mota y Caraballo. Una novillada que hizo que la tarde fuese más que amena. Ya saben que cada vez que se anuncian ocho novillos, la tarde puede acabar siendo más que eterna. Comenzó el festejo con retraso y es que el sustituto de Morilla, al parecer, estaba en un atasco y no hizo el paseíllo, y llegó para matar el segundo novillo.

Antonio Ramírez, un joven con el aspecto de tener pasada la treintena de años, metidito en carnes, no muy habitual para el traje de torear, desaliñado hasta el extremo que la curvita de la felicidad se le vio más de una vez en la tarde. Sí, no se extrañen de lo que les cuento: para ser torero lo primero que hay es que parecerlo y el traje de torear hay que llevarlo con prestancia y porte. Pues bien, nos dicen de este joven madurito que tomará pronto la alternativa y la verdad es que Ramírez llega poco al público, se embarulla de vez en cuando y ayer alguna vez dio algún muletazo suelto a los dos novillos de su lote. Lote, por cierto, noble y que se fue con las orejas puestas. Suerte para otra vez y a entrenar un poco más.

Pérez Mota ha evolucionado de una manera impresionante. Su concepto del toreo artístico y con sentimiento dará mucho que hablar del joven torero de El Bosque. En su primer novillo, algo brusco en su embestida, sacó buenas tandas por el pitón derecho y los pases de pecho para rematar fueron fantásticos. En su segundo novillo llegó el delirio, el toreo grande y profundo ante un novillo noble de buen pitón izquierdo. Se abandonó para torear, desparpajo y temple al natural que levantaron al público de sus localidades, impresionantes los redondos para cerrar su faena con pases de pecho sublimes. Aquí, señores, hay un torero.

José Caraballo ya lo apuntó desde novilleros sin caballos. Es un auténtico gallo de pelea. Volvía a Rota donde la temporada pasada debutó con los del castoreño. Lo vimos en San Fernando y ayer, con dos novillos muy distintos, pudimos observar que está llamado para ser alguien en este difícil mundo. Conecta con el público muy rápido. Toreó bien con el capote a sus dos novillos. Posee una mano izquierda prodigiosa y tiene el valor suficiente para ser figura del toreo.

José Ramón, Chechu, venía de Madrid y pasó por Rota con más pena que gloria.