Sociedad

Soluciones a medida

No existen remedios mágicos para el dolor de cabeza, pero sí tratamientos y cambios de vida que pueden adaptarse como un traje a la medida de cada paciente

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En los próximos cinco años aparecerá una nueva generación de fármacos contra migrañas resistentes y se contará con información genética valiosa para elegir el mejor tratamiento. Hoy la mejor medicina contra el dolor de cabeza intenso es huir de la automedicación y ponerse en manos de un médico que diseñe un tratamiento a la medida y le enseñe a conocer su migraña. Durante el último congreso de la Federación Europea de Cefaleas, celebrado esta semana pasada en Valencia, se ha insistido en la importancia de los tratamientos personalizados y se han dado a conocer los últimos logros en el manejo de esta dolencia. Estas son algunas de las claves que se han desgranado en la reunión y pueden ayudarle a enfrentarse a su dolor de cabeza.

Reconocer el problema

Es el primer paso. No es lo mismo una neuralgia, una cefalea tensional que una jaqueca. La migraña es algo más que un dolor de cabeza, aunque se manejen indistintamente estos términos tan dispares. Quien la sufre se verá identificado fácilmente con algunos de estos síntomas: dolor intenso acompañado de náuseas, vómitos, sensación de latido y pulsaciones en la cabeza... Es un dolor tan invalidante que en España se pierden cada año 13 millones de jornadas laborales. Está en el top 20 de los problemas más discapacitantes, según la Organización Mundial de la Salud. Muchos de sus sufridores atribuyen sus fuertes dolores a tumores cerebrales y a otras enfermedades graves, aunque en el 90% de los casos se trata de cefaleas tensionales o migrañas. La activación de un mecanismo cerebral provoca la liberación de sustancias inflamatorias asociadas al dolor alrededor de los nervios y de los vasos sanguíneos de la cabeza. Queda aún por saber por qué se produce este proceso de forma periódica y qué provoca su término de forma espontánea. Los ataques se producen entre una vez al año o una vez a la semana, aunque cada paciente tiene su propia pauta.

¿Médico de familia o especialista?

El primer paso siempre debe ir encaminado a la consulta del médico de Familia o generalista. Es él quien debe establecer los primeros tratamientos y remitir a la consulta del neurólogo o a una de las unidades de cefaleas con las que ya cuentan algunos hospitales. Lo que es importante es contar con tiempo suficiente para escuchar al paciente. Basta con un buen historial y un examen físico para descubrir la migraña. El problema es que más de la mitad de los pacientes con migraña no consulta nunca al médico, según un estudio reciente de la Fundación Española de Enfermedades Neuronales.

Más calmantes y más dolor

No pasar por la consulta lleva a muchos migrañosos a automedicarse y autilizar fármacos no específicos que no reducen el dolor y pueden convertir en crónica la crisis de migraña. Es lo que se conoce como «efecto rebote». Son pacientes a los que los analgésicos ya no les funcionan y deciden tomar más para calmar su dolor sin éxito. «Entran en un círculo vicioso en el que cada vez consumen más y padecen más dolor. He conocido a pacientes que llegaron a tomar hasta 20 analgésicos diarios durante años sin que les calmara su sufrimiento», comenta José Miguel Láinez, presidente de la Federación Europea de Cefaleas.

Conozca su migraña

¿El mejor tratamiento? «A la medida y pensando siempre en el tipo de migraña de cada paciente», asegura Rogelio Leira, responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Clínico de Sanitago. No existe una píldora mágica, pero sí tratamientos que según el problema de cada persona ayudan a superar sus crisis. «Los pacientes deben aprender a identificar los factores que desencadenan su migraña para prevenirla y saber afrontarla», aconseja. Hay a quien determinados alimentos como el chocolate, el queso o el vino le pueden provocar un terrible dolor de cabeza, «pero eso no significa que haya una lista de alimentos prohibidos para los migrañosos. Se trata de evitar lo que sienta mal, como hacen los alérgicos». Los culpables de las crisis no sólo son alimentos; los cambios climáticos y hormonales, los esfuerzos intensos, el estrés, hay incluso quien sufre de migraña el fin de semana, cuando consigue por fin relajarse y dormir tras una semana difícil... «Las posibilidades son variadas y es el paciente quien debe identificarlas para afinar su tratamiento», insiste Leira.

Los últimos tratamientos

Los neurólogos aseguran que hay vida más allá de los «triptanes», los medicamentos que dieron hace diez años un respiro a miles de migrañosos. Cuando los antiinflamatorios y analgésicos simples no funcionaban, se podía recurrir a los modernos triptanes. Se consolidaron como primera elección, pero no todos los pacientes pueden beneficiarse de ellos. O no responden a su acción o no pueden tomarlo por tener problemas de corazón.

En el Congreso de la Federación Europea de Cefaleas se han discutido otras alternativas como la toxina botulínica (el botox utilizado contra las arrugas en estética), los neuromoduladores o marcapasos o ciertos medicamentos utilizados en la epilepsia. En cerebros fácilmente excitables como el de las personas con migrañas, los antiepilépticos funcionan como un tratamiento preventivo para disminuir tanto la frecuencia como la intensidad de las crisis. Las esperanzas de los neurólogos también están en una nueva generación de fármacos que tendrán una vía de acción diferente a la de los famosos «triptanes». Los nuevos medicamentos actúan a nivel neuronal, en lugar de vascular como sus antecesores y están aún en fase de investigación. Aún tardarán dos o tres años más antes de que se puedan comercializar, aventura José Miguel Láinez. En el Hospital Clínico de Valencia comenzará en breve un ensayo clínico para comprobar si la toxina botulínica puede ser una opción para los dolores más rebeldes. «Hay evidencias de que funciona. No elimina por completo los analgésicos, pero los reduce».

Terapias alternativas

Pulseras magnéticas, plantillas especiales y otros artilugios «no son más que fraudes», asegura el neurólogo Rogelio Leira. Sin embargo, el efecto placebo puede funcionar en el 30% de estos pacientes durante algún tiempo. Mejores resultados son los que ofrecen las técnicas de relajación como el biofeedback. Con un terapeuta se enseña a los pacientes a enfrentarse al estrés y a relajar sus músculos. También funciona el yoga, el tai-chi y cualquier técnica que ayude a relajarse.

Menos suerte ha tenido la acupuntura en los estudios científicos que han intentado probar su eficacia frente al dolor de cabeza. Con esta antigua técnica, los resultados son discretos y similares a cualquier sustancia placebo.