vivienda

La casa del bombo

Unas 300 personas asistieron con tensión contenida a un sorteo de viviendas de Emuvijesa con sólo 61 afortunados

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Muchos –realmente demasiados– son los llamados y pocos los elegidos. Ayer fueron exactamente 61 los tocados por la fortuna y quienes contemplaron con alegría, contenida en la mayoría de los casos, cómo su número salía de un clásico bombo de lotería para convertirles en futuros propietarios de su hogar.

Unas 300 personas, entre solicitantes, familiares y amigos, se congregaron ayer en el Hotel Guadalete para asistir al sorteo de dos nuevas promociones de Emuvijesa, 47 viviendas protegidas de régimen especial en venta en Estella del Marqués y otras 14 VPO de precio general en la avenida Rey Juan Carlos I.

Expectación y poco optimismo se respiraban en el ambiente mientras la alcaldesa, Pilar Sánchez, el coordinador de Política Territorial, Pedro Pacheco, y el delegado de Viviendas e Infraestructura, Antonio Fernández Ortega, daban la bienvenida a los asistentes a un procedimiento de adjudicación de VPO que en Jerez se aplica desde 2004, una año antes de que lo exigiera la ley.

Los responsables municipales desearon, uno tras otro, suerte a los participantes en esta particular lotería. Del respetable surgió un audible murmullo cuando se anunció que había 59 solicitantes para las 47 unifamiliares de la promoción Casas de Estella, la gran mayoría solteros (73%), menores de 35 años (70%) y cuyos ingresos no superan el 1,5% del Iprem (Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples).

Pero los murmullos en el público se transformaron en sonoras quejas al conocer que 206 personas optaban a tan sólo 14 VPO en la promoción Edificio Corona. De nuevo, el 94% son solteros y menores de edad, y con rentas bajas.

Sin dilación comenzó el sorteo de las viviendas de Estella. La mano inocente de un niño pulsaba el mecanismo para que cada bola cayera y un joven, junto a su familia, cambiara la cara de alegría. Eso sí, por respeto a quienes no resultaban agraciados o porque quizás no acababan de creerlo, no hubo gritos de euforia.

Bastante más expresivos fueron los adjudicatarios de los 14 pisos del Edificio Corona, pero no porque saltaran de alegría de sus sillas sino porque la mayoría no podía contener las lágrimas. Eso le pasó a Isabel Gil Gallardo, que no podía creer que, después de cuatro sorteos sin éxito, por fin había llegado su momento.

Otros lloraban, pero de risa al ver cómo salía la bola con un único número por encima del suyo. Y algunos mostraban su indignación, como J. A. A, que prefiere no dar su nombre al criticar que la reserva de viviendas para discapacitados, familias numerosas o rentas más bajas «es farragosa e anticonstitucional. Todos deberíamos participar en igualdad de condiciones».