Representantes de 27.000 vecinos dirán a la alcaldesa «no a la Motorada»

Si la pasada semana, la plataforma de asociaciones de vecinos afectadas por la Motorada anunciaba su intención de plantear a la alcaldesa que la gymkhana se traslade al parque empresarial, hoy serán los representantes de Plaza del Caballo, Plataforma Chapín y El Bosque quienes propongan a Pilar Sánchez su particular lista de alternativas para acabar con los problemas del evento. Una serie de propuestas entre las que se incluye que «se prohíba total y absolutamente la entrada de motos en el casco urbano, al igual que ha sucedido este año en El Puerto de Santa María».

La asociación de vecinos Plaza del Caballo llegó la pasada semana a un acuerdo con la junta directiva de la Plataforma Chapín y con el presidente de la Mancomunidad de Propietarios de la Urbanización El Bosque para actuar de forma conjunta con el fin de conseguir «la supresión de la Motorada en años sucesivos», y evitar cualquier tipo de solución parcial a los problemas expuestos por los ciudadanos.

Siete millones en IBI

La urbanización El Bosque está integrada por unas 5.000 personas, según el colectivo, y la Plataforma Chapín representa a 22 urbanizaciones, en las que se integran unas 17.000 personas, lo cual unido a las 5.000 personas aproximadamente que pertenecen a Plaza del Caballo, se trata de 27.000 personas representadas.

«En defensa de sus derechos» exigen un compromiso público de las autoridades para que se cumplan sus principales demandas, entre las que destaca la «supresión total de la gymkhana y de los conciertos» en la avenida Álvaro Domecq». También piden que se prohíba la entrada de motos en el casco urbano, y «un respeto absoluto a los límites de velocidad en vigor para todos los vehículos », insistiendo en que «las motos no pueden invadir las aceras o las zonas reservadas exclusivamente para peatones» y en que se lleve a la práctica la prohibición de los quads.

En el listado de medidas que presentarán a la alcaldesa se incluye que no aceptarán que se siga circulando con formas de conducción consideradas temerarias por el código de circulación, como caballitos, derrapes, etc.. Con respecto a los hosteleros, pedirán a la máxima autoridad municipal que haya un control previo a bares y locales, sobre todo para que «cumplan estrictamente las normas y ordenanzas existentes sobre el montaje de barras y equipos de música o luz en la vía pública».

Finalmente, reclaman el aumento de la presencia policial, «un mayor apoyo de las autoridades municipales a la Policía, y que se cumpla la prohibición de consumir alcohol en la vía pública».

Esta plataforma «alternativa», que insiste en que no aceptará ninguna medida tibia, ni ninguna propuesta circunstancial, se considera «perfectamente legitimada para exigir de las autoridades municipales su actuación para erradicar la motorada», y recuerda que «sólo en impuesto de bienes inmuebles pagamos en conjunto más de 700 millones de las antiguas pesetas cada año, lo cual nos legitima aún más para exigir nuestros derechos».

De hecho, han elaborado un completo informe jurídico que justifica su postura y que empieza haciendo referencia al artículo 21.2 de la Constitución, que determina que «en los casos de reuniones en lugares de tránsito público se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para las personas o bienes».

Según los portavoces de este conjunto de colectivos, en el caso del mundial de motociclismo de Jerez «la alteración del orden público y el peligro para personas y bienes está absolutamente demostrado por el número de muertes y el deterioro de mobiliario urbano y bienes privados que se produce en esos días, por lo que exigimos nuestro derecho Constitucional a que se garantice nuestra seguridad y la de nuestros bienes».

De la misma manera, aseguran que los actos de vandalismo que se producen en esos días quedan perfectamente definidos en las declaraciones en la revista Motociclismo realizadas por Don Angel Nieto, «confirmando que estos actos no se reproducen en ninguna otra ciudad del mundo».