Marte: objetivo 2026

Los plazos en la ciencia aeroespacial son aleatorios. Y más si el sabroso objetivo se llama Marte. Si por la industria dependiera mañana mismo pondría todos los medios a su alcance para enviar cuanto antes una expedición humana al planeta rojo. Si por la clase política dependiera, el objetivo de llegar en 2026 está al alcance de su mano, aunque «los medios y la voluntad para ello son bastante débiles», reconoce Agustín Chicarro, responsable de la primera misión europea a Marte, que, según la comunidad científica, «está dando la vuelta al conocimiento que se tenía sobre este astro».

Chicarro, madrileño de 48 años que pilota desde Holanda la aventura de la Agencia Espacial Europea, achaca la ralentización de la carrera espacial a Marte a «decisiones políticas», pero asegura que «llegaremos, aunque sea el primer planeta que visiten los humanos y quizá también el último». Pedro Duque, el primer español en salir al espacio en 1998 a bordo del transbordador Discovery, alude a la situación geopolítica mundial para entender el relativo estancamiento de los avances para viajar a Marte. «En plena carrera espacial durante la Guerra Fría, la URSS y Estados Unidos decidieron conquistar la Luna y se tardó poco en hacerlo (1969), pero al caer el telón de acero el presupuesto ruso se desplomó y la tensión mundial por la carrera espacial se distendió».

Carrera armamentístico

Ahora, en cambio, el mundo asiste a una carrera armamentística como consecuencia de la nueva amenaza terrorista azuzada por Estados Unidos, lo que hace crecer los presupuestos mundiales de defensa en detrimento del espacio, por ejemplo. Pero Duque advierte: «Rusia está volviendo a reconducir su presupuesto aeroespacial para proseguir con la tradicional formación de científicos, mientras China, a la chita callando, emerge con el objetivo de convertirse en una potencia del sector: un buen acicate para Estados Unidos y la UE».

Un paseo guiado por Marte a partir de los últimos descubrimientos de la misión de la ESA Mars Express ofrece, según Chicarro, un planeta más oscuro. «Hay la cuarta parte de luz. El sol se vería muy pequeño, ya que la distancia desde Marte es mayor que desde la tierra, y la noche excesivamente negra, con dos lunas minúsculas (Deimos y Fobos). Seríamos un tercio menos porque el planeta es pequeño (el diámetro de Marte es el radio terrestre) y tiene menos gravedad, lo que nos permitiría levantar grandes pesos y dar enormes saltos». ¿Y la temperatura? «Bueno, abría que abrigarse en invierno, baja hasta 133 grados centígrados».