Cultura

El escritor al que la literatura le salvó la vida

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El escritor mexicano Sergio Pitol está considerado como uno de los grandes de la literatura latinoamericana, tanto desde una faceta de narrador como por su actividad de ensayista o de traductor. Nacido el 18 de marzo de 1933 en Puebla (México) su trayectoria abarca la docencia, la traducción, con obras de autores como Henry James o Chejov, y la investigación lingüística y literaria, así como los ámbitos editorial y diplomático.

Goza de gran prestigio intelectual, tanto en el campo de la creación literaria como en el de la difusión cultural, especialmente por su dedicación a preservar y promocionar el patrimonio artístico e histórico de su país en el exterior.

Pitol fue un niño huérfano, criado por una abuela rodeada de libros. Perdió a su padre, después a su madre y luego a su hermana en muy poco tiempo. Su frágil salud, debido al paludismo, le mantuvo en cama durante siete años, entre las edades de 5 y 12 años, convirtiéndose así en lector prematuro y voraz para quien el destino reservaba un hueco entre los escritores insignes contemporáneos. «La literatura me salvo la vida», ha recordado en múltiples ocasiones.

Su niñez transcurrió en Veracruz y posteriormente se licenció en México D.F. en Derecho y Filosofía e inició, en 1960, una carrera diplomática que le llevó como embajador a Praga (1983-1988) y, como agregado y consejero cultural, a Belgrado, Varsovia, Roma, Pekín, París, Budapest, Moscú y Barcelona (1969-1972). En esta última ciudad trabajó para las editoriales Seix Barral, Tusquets y Anagrama. También fue profesor en Bristol (Reino Unido) y Xalapa (México) donde, en 1993, fijó la residencia habitual.

Su obra, caracterizada por una gran agilidad narrativa, contiene anotaciones autobiográficas, reflexiones sobre arte, crónicas de la actualidad, impresiones de sus múltiples viajes (siempre estuvo en fuga) y en escritos sobre otros escritores.

Es autor de dos libros sobre la cultura mexicana de final de siglo que han sido consideradas fundamentales, El arte de la fuga (1996) y Pasión por la trama (1998). Asimismo, en su quehacer literario destacan: No hay tal lugar (1967); Infierno de todos (1971), llevada al cine en 1989 como El acoso por Miguel Barbachano y con guión de Gabriel García Márquez; Los climas (1972); El tañido de una flauta (1973); Asimetría (1980); Nocturno de Bujara (1981); Cementerio de tordos (1982); Juegos florales (1985); El desfile del amor (1985); Domar a la divina garza (1988); Vals de Mefisto (1989); y La casa de la tribu (1989). En los 90 publicó La vida conyugal (1991); Todos los cuentos más uno (1998); Soñar la realidad (1998); y su trilogía Tríptico de Carnaval (1999). Entre sus últimos libros, El viaje, Todo está en todas las cosas, De la realidad a la literatura y El mago de Viena y Los mejores cuentos. / EFE