Un policía revisa los contenidos de una página de pedófilos. / LA VOZ
CÁDIZ

Las últimas redadas contra pedófilos en internet revelan casos de menores adictos a la pornografía

El aumento de usuarios de la red ha traído consigo un incremento de actividades delictivas en las que pueden participar niños que usan el ordenador sin control

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El ordenador de un adolescente de sólo 13 años viajaba en un vehículo del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil el pasado 24 de marzo. Acababa de ser confiscado por los agentes en una vivienda del barrio de La Laguna, en Cádiz, durante el transcurso de una redada contra la pedofilia en internet. En ese mismo operativo, desarrollado a nivel nacional, seis adolescentes fueron arrestados por distribuir imágenes de menores sometidos a todo tipo de abusos y vejaciones.

Esta última actuación de la Guardia Civil vino a confirmar una tendencia preocupante: la edad media de los pedófilos detectados en las últimas batidas en la red es cada vez más baja. Pero a esta aberrante afirmación se le suma otra circunstancia no menos grave y es que se han detectado los primeros casos de menores adictos a la pornografía. Así lo puso de manifiesto el comandante jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, Juan Salom, quien asistió hace unas días a unas jornadas sobre administración electrónica celebradas en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Cádiz.

«Hay ya casos de chavales, de 13 y 14 años, que están enganchados a los contenidos de carácter sexual. Al principio se topan con la pornografía para adultos, pero cada vez quieren más y más, hasta el punto que buscan imágenes más morbosas. De esa forma, terminan visionando archivos sobre zoofilia o para pedófilos».

El gran impacto

En muchas ocasiones se ha relatado como los propios policías y agentes encargados de la lucha contra la pedofilia en la red les ha sido muy difícil visionar las atrocidades a las que son capaces de someter los pederastas a los niños, que son grabados durante los abusos. «El impacto que recibe la mente de un adolescente cuando mira imágenes de ese tipo, es gravísimo. Los psicólogos dicen que el consumo abusivo de pornografía puede provocar desviaciones, sobre todo cuando el menor está en pleno desarrollo de su despertar sexual».

Estas prácticas, lejos de ir disminuyendo, tienen un futuro próximo muy prometedor. El aumento de usuarios españoles en la red, trae consigo un incremento de las actividades delictivas en un espacio lleno de lagunas legales, según reconoció el comandante jefe Salom, quien también participa en la comisión gubernamental que está trabajando en la nueva tipificación de los delitos telemáticos.

Precisamente, estas lagunas legales son las que facilitan un despunten de determinadas actividades delictivas. En los últimos tiempos, se ha detectado un incremento importante de los atentados contra la intimidad y el honor de personas anónimas. Detrás de esta práctica suele haber un sentimiento de venganza de la persona que comete estos delitos. Esa inexplicable motivación fue la que movió a un vecino sevillano que recientemente fue detenido por difundir imágenes de su ex pareja desnuda.

En San Roque, fueron dos menores de doce y catorce años quienes grabaron con su teléfono móvil a su amiga, de también 12 años, sin ropa. La grabación fue pasando de mano en mano hasta que la presunta víctima dio la voz de alarma.

Pero ser consumidor de pornografía no es el único riesgo al que se enfrentan los menores que navegan sin control por internet.

«Los pedófilos suelen captar sus víctimas a través de la red, donde todos nos podemos hacer pasar por quien queramos. Les mienten, les dicen que son también niños, y les captan para poder abusar de ellos». Para estos fines, los servicios de mensajería instantánea como el famoso Messanger son idóneos, ya que el delincuente puede camuflarse a la perfección y entrar en contacto permanente con el menor.

Estos servicios, junto al correo electrónico y el sistema P2P de intercambio de archivos que permite la descarga de imágenes, música y película, son las principales herramientas que utilizan las redes de pedofilia para tejer sus oscuros intereses.

Los escollos

Frente a las estrategias de los delincuentes, las Fuerzas de Seguridad se topan con los dos grandes escollos de sus investigaciones: determinar quién es el usuario del ordenador donde se almacena material prohibido y la conservación de los datos del tráfico en la red, que les sirve de pista para dar con los archivos ilícitos y con los movimientos de los pedófilos.

Pero la distribución y consumo de pornografía infantil no es la única actividad delictiva que se desarrolla en la red. La Guardia Civil divide en cuatro grandes bloques los distintos delitos cometidos por cibernautas: las estafas, los ataques a servidores y a la red por parte de piratas (hackers), la piratería intelectual y aquellos delitos que se basan en el contenido de los archivos como la pornografía infantil.

Toda una amalgama de actividades delictivas a la que los menores tienen fácil acceso. Los expertos advierten de la necesidad de que la familia adopte un papel más activo en el control del uso que hacen los niños del ordenador.