COCHES. Roca acumulaba una impresionante colección de vehículos antiguos.
ANDALUCÍA

Vendido por la vanidad

Las fotos vestido de cazador junto a los animales disecados desmontan la argumentación de Roca de que las propiedades intervenidas no son suyas

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Las fotos retrataban, mejor que ninguna otra cosa, al personaje. Eran casi un centenar y estaban cada una junto a su correspondiente pieza de caza. Tigres, leones, búfalos, osos polares, urogallos, cabras, jirafas. Todos animales disecados; y junto a cada pieza, la foto del cazador que reflejaba el momento de la hazaña todavía fresco. Más de un centenar de piezas y junto a cada una, la instantánea. Un autotributo desmedido de vanidad. Y también, para el juez que lo mandó a la cárcel, una evidencia cristalina.

Juan Antonio Roca no tiene casi nada a su nombre. Durante la década en la que se enriqueció desde su oficina en el área Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella fue estructurando una trama societaria para ocultar su fortuna. Una estrategia para no dejar rastros que el narcisismo ha truncado de la forma más grosera. Cuando Roca argumentó ante el juez Torres que la finca donde se le encontraron animales y fotos eran de un amigo que se la cedía en préstamo, el magistrado le preguntó si ese amigo, que era también su abogado, lo apreciaba tanto como para tener un centenar de fotos suyas en los salones. «Se han localizado unas 100 fotografías del señor Roca y efectos personales. Carece de lógica su versión de que estas u otras fincas las disfruta mediante un contrato de alquiler o se las ceden los dueños que serían sus abogados», dice el auto que lo envió a prisión.

Renta familiar

Los investigadores se han quedado pasmados con la exhibición de derroche con la que Roca deslumbraba a sus invitados y que ahora se pueden convertir en una prueba de cargo si el asesor de urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, con una renta familiar de 150.000 euros anuales, no encuentra un argumento convincente para justificar su procedencia.

Lo tiene difícil. Los investigadores confiesan la sorpresa que les causó encontrarse con semejante acumulación de riqueza en las fincas intervenidas durante la operación. De todo había en exceso, según aseguran, no daba aquello la impresión de ser el patrimonio de una persona a quien le había costado ganar el dinero. Los policías que intervinieron en el caso Ballena Blanca y que ahora lo han hecho en la operación Malaya sostienen que los bienes bloqueados durante la primera al supuesto cerebro de aquella trama, el abogado Fernando del Valle, se quedan en casi nada si se comparan con los que aparecieron en las propiedades de Roca. El juez es muy claro en el auto de prisión. Se trata de «un evidente y sonrojante lujo».

Hay quien define a Roca como un apasionado por los animales. Recorrió el mundo dando rienda suelta a su afición, que también había inculcado a su hijo. En Rusia alquilaba helicópteros del ejército para desplazarse de un coto a otro y así poder moverse con libertad.

Pasión por los toros

Pero también siente pasión por un animal en concreto: el toro. Su finca de la localidad gaditana de Jimena, donde fue detenido hace una semana, es todo un parque temático de la fiesta nacional, con un coso, un pequeño museo de trajes de luces y, por supuesto, su propia ganadería.

Otra ganadería le encontraron en la finca El Pajar Blanco, donde cuenta con una bodega de 800 metros cuadrados; en La Caridad, de San Pedro Alcántara, los policías encontraron una yeguada con ejemplares de valor millonario. Demasiada pasión para un asalariado con ingresos declarados de 150.000 euros.