El Rancho de la Merced abrió las puertas

Mucho ha cambiado las filosofía de los empresarios y bodegas del Marco de Jerez que siempre apostaron por el vino tinto como complemento de sus catálogos de producto y que pusieron la vista en otras denominaciones de origen para cubrir ese hueco. Son los casos de Domecq o González Byass en Rioja o de Garvey en Toro.

Hoy en día, las bodegas saben que los productores están apostando por el tinto y que ya no tienen que buscar fuera estos caldos. Y en este cambio ha tenido un gran peso la labor del Rancho de la Merced, el Centro de Investigación y Formación Agraria de la Junta que hace ya casi ocho años se inició en la elaboración de caldos con nuevas variedades como la tintilla de Rota, la palomino negro, la tempranillo y algunas extranjeras.

Como explica la enóloga del Rancho, Belén Puertas, «a Jerez ha llegado tarde la moda de los tintos» y reconoce que sus trabajos de producción y de vinificación con uvas tintas «han servido para dar el empujón a muchos productores».

Es cierto que pocos son los que quieren correr riesgos con la viña, por eso los estudios de este centro indican a los viticultores de la zona el camino a seguir. En palabras del director del Rancho, Alberto García, «nosotros les damos los datos que hemos obtenido, y ellos son los que tienen que tomar la decisión de emprender proyectos empresariales».

Y de todos los estudios realizados la enóloga del Rancho destaca «las características que imprime al vino la variedad autóctona de la tintilla de Rota».