El primer ministro palestino califica de «peligrosa» la situación en Gaza

El primer ministro palestino, Ismail Hanniya, calificó ayer de «peligrosa» la situación en la franja de Gaza tras los violentos disturbios que el viernes causaron la muerte de tres personas y dejaron heridas a otras 40.

Los enfrentamientos entre facciones palestinas estallaron después de que una bomba lapa adosada a un vehículo acabara con la vida de un líder local de los Comités de Resistencia Popular. Los disturbios se propagaron rápidamente por la ciudad de Gaza y por otras localidades de la Franja donde se registraron graves choques entre milicianos de Fatah y de los comités.

En medio de este ambiente de crispación, Hanniya manifestó que los responsables de las fuerzas de seguridad palestinas ya han tomado cartas en el asunto puesto que «estamos ante una situación peligrosa que no debe repetirse». El jefe de Gobierno de la ANP recalcó que los cuerpos del orden van a «sacar las armas de las calles», algo que podría conducir a choques entre la Policía y los milicianos.

La mayoría de los activistas que se mueven armados con impunidad por las calles de la Franja pertenecen a Fatah y se da la circunstancia de que la Policía palestina está formada en gran parte por hombres del partido del presidente Abú Mazen y que antes de las elecciones dominaban la Autoridad Nacional Palestina. En este contexto, no está claro si los agentes se avendrán a desarmar a los milicianos de su propia formación.

Hanniya hizo un llamamiento a la calma y ordenó al nuevo ministro del Interior, Said Seyam, que también pertenece a Hamás, que abra una investigación para determinar las causas de los incidentes y para evitar que se repitan. Sin embargo, Seyam se encuentra en una posición difícil puesto que sus subordinados pertenecen a Fatah.

El problema se puede agravar aún más, después de que uno de los hombres fuertes de ese partido en la franja de Gaza, Samir Masharawi, con decenas de partidarios armados disparando al aire, rechazara la exigencia de Hanniya de no mostrar armas en público.