ESPAÑA

¿Qué significa 'permanente' en irlandés?

El comunicado de alto el fuego de ETA desvela influencias británicas y da un salto ante el espejo deforme de Irlanda del Norte

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LOS redactores del comunicado de ETA en el que declara un «alto el fuego permanente» parecen haberse inspirado en el ejemplo del proceso de paz irlandés y las comparaciones permiten albergar un mayor optimismo sobre el País Vasco que sobre la muy larga, violenta y alambicada búsqueda de la paz en Irlanda del Norte.

La presencia constante durante los últimos años en el País Vasco, bajo el amparo del Obispado de Bilbao, del sacerdote Alec Reid, que fue intermediario entre el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, el de los nacionalistas norirlandeses pacíficos, John Hume, y el Gobierno de Dublín, es de sobra conocida.

Y, en los últimos días, el ministro de Defensa, José Bono, ha señalado similitudes entre comunicados de ETA y del IRA, políticos del Sinn Fein se asombran de las 'exageraciones' que les señalan como arquitectos de un proceso vasco y Downing Street recibe con humor las que ponderan la influencia del mismísimo Tony Blair.

La realidad es que lo notable de la comparación de ambos comunicados es su diferencia y que es posible deducir que la inclusión de la palabra 'permanente' en el comunicado de ETA se debe a una exigencia del Gobierno español, inspirada por el asesoramiento del jefe de Gabinete de Blair y negociador con el Sinn Fein, Jonathan Powell.

Declaración

Las confusiones sobre Irlanda del Norte están muy repartidas. Por ejemplo, la izquierda 'abertzale' ha demandado en los últimos años a los gobiernos la publicación de una 'Declaración de Downing Street'(DDS), como la que inició el proceso irlandés. Aunque el Sinn Fein y el IRA, en realidad, rechazaron aquella declaración.

Los primeros ministros británico e irlandés, John Major y Albert Reynolds, presentaron, el 15 de diciembre de 1993, en Downing Street, un documento en el que se comprometían a iniciar una negociación multipartita sobre el futuro de Irlanda del Norte y a incluir a los partidos asociados con paramilitares si cesaban el fuego.

En su párrafo 9, la DDS decía que «el logro de la paz exige un fin permanente en el uso y apoyo a la violencia paramilitar». Y añadía que, «en esas circunstancias, los partidos con mandato democrático son libres de unirse al diálogo entre gobiernos y partidos sobre el futuro».

Diálogo secreto

Esa permanencia del alto el fuego había sido también mencionada por el Gobierno británico en el diálogo secreto que mantenía su enviado, Colin Ferguson, con el dirigente del IRA Martin McGuinness. Y el primer ministro irlandés, Albert Reynolds, advirtió de que quería «un fin de la violencia para siempre o nada».

El IRA tardó ocho meses en responder a la declaración. Según informaciones ampliamente aceptadas como ciertas, su Consejo Militar decidió el alto el fuego por cuatro votos contra tres o cinco contra dos y revisar esa decisión en tres meses. Para 'supervisar' el avance, según Adams, en su libro de memorias políticas.

El comunicado del IRA, el 31 de agosto de 1994, declaraba «un cese completo de operaciones militares». Major exigió inmediatamente que aclarase si el cese del fuego era 'permanente'. Cuando Adams le pidió aclaraciones públicas sobre la DDS, el premier británico insistió en que el cese debía ser 'permanente'.

El IRA no añadió nada más. Pero, el 21 de octubre, cuando vencía el supuesto plazo de revisión del cese por la dirección del grupo terrorista irlandés, Major pronunció un discurso en Belfast en el que recordó que el IRA no había confirmado la permanencia del alto el fuego, pero él la iba a «asumir como hipótesis de trabajo».

Tras esa asunción, Major autorizó a altos funcionarios del Ministerio británico para Irlanda del Norte a que entablaran un diálogo exploratorio con los dirigentes del Sinn Fein. La primera reunión se celebró en diciembre, un año después de la DDS, y allí los funcionarios entregaron al Sinn Fein dos documentos. En uno de ellos, el más relevante, los británicos explicaban al Sinn Fein que, dado que asumían que el cese era permanente, el siguiente paso era analizar las consecuencias del fin de la violencia, «una de las cuales es el decomiso de las armas». El IRA no aceptó esa demanda y rompió el cese en el año 1996.

Un corolario posible de las confusiones vasco-irlandesas es que la 'permanencia' del alto el fuego de ETA supone una adopción unilateral por el grupo terrorista vasco de las exigencias británicas de claridad inicial al IRA y sin haber logrado siquiera nada que se parezca a una Declaración de Downing Street.

Otro corolario es que el embrionario proceso vasco no sólo salta un año sobre el lento avance irlandés en su primer paso; además, el comunicado de ETA sitúa la cuestión de las armas, el fin del grupo armado, como el inevitable siguiente paso. En Irlanda, el IRA tardó diez años en cumplir con lo que le pedía John Major.