Sociedad

El reglamento taurino andaluz reduce la puya y da carta blanca a los indultos

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Las reses lidiadas en corridas de toros y novilladas con picadores podrán ser indultadas en las 119 plazas permanentes de Andalucía y no sólo en los once cosos de primera y segunda categoría, según se establece en el nuevo Reglamento Taurino de Andalucía, aprobado por el Consejo de Gobierno.

La norma amplía el catálogo de festejos, refuerza el papel de los aficionados e introduce cambios en la suerte de varas, según informó la consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo. Una novedad es la modificación en la suerte de varas, al reducir tanto las dimensiones de la puya como el peto protector de los caballos y el peso de estos animales, que disminuye en 50 kilos, mientras que el número e intensidad de los puyazos se dejan a decisión del matador, aunque en las plazas de primera se establece un mínimo de dos entradas al caballo.

Málaga, de primera

Respecto a las plazas permanentes, la principal novedad es la incorporación de La Malagueta de Málaga en el grupo de la primera categoría, en el que están La Maestranza de Sevilla y Los Califas de Córdoba.

El reglamento taurino de Andalucía responsabiliza al ganadero de la integridad de las reses y de que los toros no estén afeitados hasta que se celebra la corrida, pero la diferencia es que, cuando haya sospecha de manipulación de astas, el festejo podrá llevarse a cabo bajo su responsabilidad y con la condición de que luego se investigue el caso.

Además, los aficionados tendrán derecho a ser oídos en los reconocimientos de reses previos a los festejos (a través de dos representantes de las asociaciones de espectadores del municipio), así como a acceder a la documentación de la corrida.

En cuanto a los trofeos, se unifican los criterios para la salida a hombros de diestros y rejoneadores en las plazas de primera, fijándose como requisito básico el de cortar dos orejas al mismo toro (hecho que no se produce actualmente), aunque en La Maestranza se mantiene la tradicional exigencia de cortar tres orejas para salir por la Puerta del Príncipe.

En la suerte suprema también se modifican los tiempos para primar la rápida muerte del animal, de forma que la faena dure unos diez minutos, contando los tres avisos a partir de la entrada a matar.