Sociedad

Personajes célebres.... y algo miedicas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con humor, el francés Molière ya describió en el siglo XVII, en su comedia El enfermo imaginario, a los hipocondríacos de ayer y de hoy. En la obra, Argan, el protagonista, cree que está enfermo y, como ve que no para de gastar todo su dinero en la botica, decide obligar a su hija Angélica a casarse con el hijo de un doctor para asegurarse así las medicinas para su supuesta enfermedad. El plan no le sale del todo bien a Argan, que sigue sufriendo. Los hipocondríacos del siglo XXI no difieren mucho del personaje de Molière, que siguió en esta obra la tradición de las sátiras de la medicina.

Irónicamente, pocos días después del estreno, en plena representación, Molière se sintió indispuesto y murió al cabo de unas horas, el 17 de febrero de 1673.

Algo más tarde, en el siglo XIX, quedó documentado que Charles Darwin se preocupaba sobremanera por sus inexplicables palpitaciones, cansancio y temblor en sus dedos, que aparecían cuando discutía sobre su nueva teoría de la evolución.

A caballo entre el siglo XIX y el XX, el escritor Marcel Proust, autor de En busca del tiempo perdido, cuidaba tanto su salud que era famosa su costumbre de envolverse continuamente con muchas mantas y abrigos.

Asimismo, de Stalin se sabe de su comportamiento irracional e imprevisible que le hizo temible y abominado por muchos. El dictador ruso sufrió una terrible hipocondría que le hacía imaginar constantes enfermedades que en realidad no padecía. Y aterrizando en nuestro tiempo, famoso es el ejemplo de Woody Allen, quien ha declarado: «No soy tan hipocondríaco. Soy alarmista y hay toda una diferencia. No imagino que estoy enfermo; pero si se me parten los labios o algo así, de inmediato pienso que es cáncer. Me voy directo a lo peor que puede pasar, es una neurosis distinta. En realidad nunca he tenido enfermedades psicosomáticas». A juzgar.