según "le parisien"

La gestión de Villepin en la crisis de los CPE puede provocar la dimisión de Sarkozy

El ministro del Interior no entiende la obstinación del primer ministro en una reforma menor que cuenta con la oposición de la sociedad

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El ministro del Interior y 'número dos' del Ejecutivo francés , Nicolas Sarkozy, podría abandonar el Gobierno en desacuerdo con el primer ministro, Dominique de Villepin, por la gestión de la crisis provocada por los nuevos contratos jóvenes CPE, según afirma hoy el diario Le Parisien.

"La incomprensión entre ambos sobre la crisis ha llegado al paroxismo y todos los escenarios son posibles. Incluido el que supondría la salida del Gobierno del ministro del Interior", asegura el periódico en su edición de hoy.

Temor por su futuro electoral

Sarkozy no entiende la obstinación de Villepin en una reforma menor y que cuenta con la oposición de la mayoría de la sociedad. Sarkozy, virtual candidato de la UMP (centroderecha, en el Gobierno) en las elecciones presidenciales de mayo de 2007, teme por su futuro electoral si la popularidad del Gobierno sigue cayendo.

Los diputados más cercanos al ministro han transmitido mensajes en los últimos días sobre la necesidad de escuchar a los manifestantes. El propio ministro declaró el lunes que "no hay que perder los canales de diálogo con los jóvenes porque Francia lo necesita" y que la retirada de los contratos "depende exclusivamente del primer ministro" y es un ámbito en el que él no puede intervenir.

Le Parisien asegura que Sarkozy abandonó ayer "consternado" la reunión de Villepin con todos los diputados y senadores de la UMP, por la tarde, en la residencia del Gobierno. Villepin reiteró allí su posición de firmeza y dijo que no aceptará ni "la retirada", ni "la suspensión", ni la "desnaturalización" de los contratos para jóvenes que han provocado una importante revuelta estudiantil y sindical.

Una parte de la prensa francesa estima que la actitud de Villepin en esta crisis está relacionada con el horizonte electoral de 2007. Si logra vencer la resistencia del frente sindical y estudiantil, volverá a contar con posibilidades de enfrentarse a Sarkozy por el liderazgo del centroderecha. Y si pierde, será el ministro del Interior quien tenga que componérselas con un país encorajinado contra los dirigentes conservadores. "Por razones de orgullo y de política, el primer ministro se impide cualquier cesión, a riesgo de hundir a la mayoría conservadora", juzga Libération.