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Hamaca

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Estefanía de Mónaco podría volver con Daniel Ducruet. El rumor no es nuevo, pero esta vez existen unas fotos que lo atestiguan. Porque en ellas, la ex pareja aparece de vacaciones, relajada y feliz bajo un sol tropical. Y han saltado las alarmas.

Que una tome el sol con su ex marido y padre de algunos de sus hijos, que comparta con él unas minivaciones; incluso que lo embadurne alegremente de crema solar no significa necesariamente que esté dispuesta a volver con él. A veces, al contrario, incluso podría tratarse de una sutil venganza.

Pero, en el caso de Estefanía, resulta significativo el hecho de que haya sido capaz de tumbarse junto a Ducruet en unas hamacas que recuerdan demasiado a las del escenario del crimen; es decir, la piscina donde se grabó con todo lujo de detalles la fogosa infidelidad del guardaespaldas con la supuesta bailarina.

Cabe señalar que la visión de aquellas imágenes provocó en la princesa una tremenda aversión a las albercas y al mundo acuático en general, una hidrofobia de tal calibre que su siguiente romance se fraguó en la montaña. De hecho, el padre de su tercer hijo es un monitor de esquí.

Que Estefanía haya descendido ahora al nivel del mar para reencontrarse allí con Ducruet parece indicar que la digestión de aquel disgusto ha concluido. Para ello han tenido que pasar diez años, durante los cuales, la hija de Rainiero ha buscado infructuosamente al hombre ideal en todos los gremios posibles: desde el sector servicios al mundo del espectáculo. Su último novio, sin ir más lejos, era un payaso.

Pasar de ahí a Ducruet ha sido una evolución natural. Ahora, con todo ese bagaje a cuestas, Estefanía sabe lo que ya apuntó Marujita Díaz: que Ducruet tendrá sus defectos. Pero que los hay peores.