CÁDIZ

Ángel Subiela vive una de sus noches más emocionantes en el teatro Falla

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Al final cantó. No podía ser de otra forma, porque él no se imagina un Carnaval sin actuar con su comparsa y el Carnaval ya no se imagina a su grupo sin él.

Hace falta mucho más que un accidente de moto para callar a una de las voces más importantes de nuestra fiesta. Porque dicen que los capitanes son los últimos en abandonar el barco, y, como buen capitán, Ángel no abandonó el suyo.

Anoche, Subiela fue el centro de atención indiscutible de todos. Siempre estuvo rodeado de una multitud de aficionados y compañeros que le deseaban una pronta recuperación. Besos y abrazos por doquier. Ángel comprobó una vez más el peso específico que tiene en nuestro Carnaval, del que se ha convertido en una de las figuras indiscutibles con el paso de los años.

Subiela no cabía en sí de alegría. Tras unos días muy difíciles, en que pensaba que no podría hacer lo que mejor sabe, cantar, sí que pudo salir finalmente al escenario. «Ha sido una de las actuaciones más emocionantes de mi vida», declaraba al finalizar la actuación de su comparsa.

Cantó todo el repertorio sentado, pero eso no impidió que volviera a dar un recital de sus característicos gestos de ánimo a sus compañeros. El gran director no faltó a su cita. Y el público supo agradecérselo como mejor sabe hacer, con sus aplausos.

Muchas bromas va a tener que soportar el bueno de Ángel durante estos carnavales. El Yuyu ya lo convirtió en el protagonista de su quirúrgica presentación y anoche fue el público el que bromeó durante su actuación. «Al que no diga ole que lo lleve Subiela de paquete en la moto», se llegó a oír desde el gallinero, ante las risas de los asistentes y del propio Ángel, que, sentado, aplaudía al público por su acogida.