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Irán amenaza con suspender la colaboración con la AIEA si su caso llega al Consejo de Seguridad

El organismo internacional aplaza su votación sobre el controvertido plan nuclear de la república islámica Al-Baradei dice que el contencioso está en fase «crítica», pero no en crisis

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La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) tiene previsto aprobar hoy una resolución que informe al Consejo de Seguridad de la ONU de los incumplimientos de Irán en materia nuclear. Los 35 Estados que forman la Junta de Gobernadores de la AIEA debatieron durante la tarde de ayer un documento propuesto por la UE que concreta las advertencias que Europa y Estados Unidos llevan haciendo desde hace meses: si Teherán no ceja en su insistencia de desarrollar un programa nuclear concreto, deberá responder ante el Consejo de Seguridad.

La reacción de la república islámica, a 24 horas de que el texto se vote, fue de mantener su política de desafío. En una carta remitida al director del organismo internacional, Mohamed al-Baradei, por el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional iraní, Ali Larijani, el país persa advirtió que en caso de ser referido a Nueva York, «no tendrá otra opción que suspender todas las medidas de cooperación voluntarias y extraordinarias con la AIEA». En esa circunstancia, y según la misiva, la capacidad de control sobre el programa atómico iraní se limitaría ampliamente y todas las «actividades nucleares pacíficas» suspendidas voluntariamente serían retomadas. De esta forma, Irán advierte de que comenzaría a enriquecer uranio, una actividad no prohibida, pero que Teherán suspendió como medida de «buena voluntad» en octubre de 2003 como parte de su negociación con la UE para cerrar un acuerdo. Dos meses después, el régimen de los ayatolás firmó un protocolo, aún no ratificado por su Parlamento, que autoriza a los inspectores de la AIEA a realizar inspecciones sin previo aviso a las plantas atómicas. Justo es esta colaboración complementaria la que Irán amenaza ahora con romper. La carta de Larijani recuerda que el Parlamento iraní aprobó una ley que obliga a poner punto y final a las relaciones con el organismo en caso de que ser remitido el expediente al Consejo de Seguridad.

Fin de la diplomacia

De cumplir Irán su advertencia, la polémica sobre su programa atómico entraría en una peligrosa fase de enfrentamiento en la que la diplomacia perdería el papel predominante que ha tenido hasta ahora para resolver el conflicto. Así las cosas, los 35 Estados presentes en la junta han de votar un texto que no supone una denuncia ante el Consejo de Seguridad ni menciona la posibilidad de sanciones. Sí se recuerda que la AIEA no ha podido descartar, aunque tampoco demostrar, la finalidad militar del programa nuclear. La resolución pide a Al- Baradei que informe al Consejo de Seguridad de que la agencia requiere de Irán, entre otras cuestiones, que deje de enriquecer uranio y que abra aún más sus instalaciones y archivos a los inspectores internacionales.

Por su parte, Al-Baradei negó que la situación haya derivado en un crisis, aunque sí reconoció que está en una fase «crítica». El director de la AIEA, que recibió el pasado año el Nobel de la Paz, insistió en que lo que se pretende no es «amenazar», sino sólo enviar a Irán el mensaje de que ha de aumentar su cooperación. Al-Baradei recordó que aún hay tiempo y oportunidad para que el país persa haga gestos que creen confianza en sus intenciones y emplazó a su informe del próximo 6 de marzo como el momento en que se decidirá si Teherán merece o no ser denunciado ante el Consejo de Seguridad y enfrentarse a la posibilidad de sanciones. Ese documento debería ser capaz de concluir si el programa atómico iraní tiene otras intenciones que las civiles y si se han despejado todas las dudas al respecto.

Rusia, y también China, se había negado hasta la fecha a que el Consejo de Seguridad se mezclara en el expediente iraní. Pero una vez logrado el apoyo de Moscú y Pekín, no parece que haya problemas para aprobar una resolución que se enfrenta a sólo tres probables votos en contra: Venezuela, Cuba y Siria.