CÁDIZ

Un jurado sin langostinos pero aficionado

La siesta y los frutos secos son los mejores aliados para los vocales del COAC, algo lejano a otros tiempos

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Las fábricas de avellanas y cacahuetes cuentan este año con el jurado del Falla entre sus más fieles consumidores. El seguimiento del concurso, así como el compromiso asumido por el presidente del equipo, Manuel Rojas, de cumplir a raja tabla los requisitos establecidos no les deja tiempo a veces ni de alimentarse.

«Se pica de vez en cuando, sobre todo frutos secos, para mantener la fuerza porque siempre estamos a salto de mata y no nos da tiempo de cenar sosegadamente entre agrupación y agrupación», detalla Rojas. Es el precio que tienen que pagar por ocupar cada día uno de los palcos más cercanos a las tablas del teatro, privilegio que a su vez les hace tomarse más en serio las reglas del concurso y a mirar de forma más intensa el cronómetro.

En cuanto a las penalizaciones, el presidente lleva a gala tener que sancionar cuando sea necesario. «No son persecuciones en sí, hay que entender que si no se sancionara se estaría cometiendo una injusticia con quienes llevan a cabo el reglamento».

Falso San Benito

La dieta de los vocales consiste en un catering, que en su mayor parte está compuesto por platos fríos, lo que queda bastante lejos de los langostinos y el jamón que han degustado otros años.

«El San Benito de esos exquisitos manjares que no se ven por ninguna parte ya se acabó», indica quien ha sido también presidente de la categoría junior durante tres años consecutivos.

Lo que no se ha perdido, ni se perderá de un año para otro, es la picaresca del gaditano. «La gente tiene mucha gracia porque te dicen: te he visto en el periódico de jurado,..., mi sobrino sale en una agrupación este año», comenta.

Terapia carnavalesca

La mayoría de los vocales que forman el jurado puede compaginar sin problema alguno las horas de Falla con las de sueño y su trabajo.

«Ninguno ha necesitado pedirse vacaciones porque era uno de los condicionantes que yo exigí a la hora de elegir a los miembros», apunta Manuel Rojas. El presidente entiende que, por la responsabilidad de cada uno de ellos, están obligados a anteponer el concurso a todo lo demás, señalando que «el concurso no les quita el sueño al jurado, en sentido figurado, porque el Carnaval lo cura todo, sobre todo para los aficionados».

En este aspecto, señala que la fiesta va más allá de una mera celebración y que según varios médicos se convierte en una terapia que ayuda a la gente a olvidarse de otros problemas mientras compone.

En cuanto a las horas de sueño que el Falla resta a los vocales del COAC, afirma que la mayoría suele suplirlas con «pequeñas siestas». Para el jurado este reconstituyente natural hace las veces del Pharmaton o cualquier complejo vitamínico, como buenos españoles, andaluces y, sobre todo, gaditanos.