Un tarjeta para fumar en la plaza y habilidad para hacerlo en el teatro

En la entrada del Gran Teatro Falla un cartel anuncia que en todo el recinto está prohibido fumar. «¿En todo el teatro? ¿Hasta en el ambigú?» pregunta un aficionado al personal de seguridad y de control. «Sí señor. Ni siquiera en los aseos», aclara el portero. Y es que son muchas horas en el interior del Falla, al menos dos seguidas, y para los adictos al tabaco 120 minutos es demasiado tiempo.

Pero cuando las ganas de fuman «aprietan» sólo queda una solución: salir a la plaza Fragela a fumar un pitillo. Así, y para aplicar esta medida, el personal del teatro entrega al aficionado que sale a fumar una tarjeta «que sólo es válida con la entrada del día. Queremos así evitar la picaresca y que entre gente que no había adquirido la entrada».

Algunos esperan, al menos, que actuen dos agrupaciones, pero otros no esperan a que la comparsa de Marbella esté sobre el escenario. Cuando baja el telón de Los de la Plana (atríncasela a tu hermana) ya están fuera aquellos que desean fumarse un cigarro, entre ellas la teniente de alcalde de la Mujer, Mercedes Colombo, o la concejala de Juventud, Eloísa Zilbermann.

Aunque hay otros que no respetan o no dicen no conocer la nueva ley del tabaco. Los integrantes de las agrupaciones entran en los camerinos y abren la ventana «para retocarnos el maquillaje», comenta un chirigotero quien apunta que «no molestamos a nadie si abrimos la ventana y nos fumamos un pitillo dentro varios compañeros».

Ayer los agentes de seguridad privada pudieron controlar el consumo de tabaco aunque, según comentó uno de estos agentes, «no sabemos si podremos controlar a las agrupaciones y a los figurantes todos los días, porque es demasiada gente y mucha la picaresca».