ALBA ROMERO PRIMERA GUARDIA CIVIL TRANSEXUAL

«Nunca me he sentido rechazada por mis compañeros»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hace tres años un Tribunal Médico Militar sometió a un examen a José Carlos Romero y le declaro «inútil para el servicio por falta de testículos». Tres años después y reconocida ya como Alba Romero, la Dirección General de la Guardia Civil decidió el pasado jueves reincorporarla en las oficinas de la Policía Judicial de Castellón.

-¿Cómo ha sido la vuelta al trabajo y cómo le han acogido sus compañeros?

-Ha sido muy positiva, porque he ido con mucha ilusión. Me han recibido como a cualquier mujer que se incorpora al trabajo, algunos me han felicitado y espero que todo siga así.

-¿El recibimiento ha sido igual de positivo por parte de sus superiores?

-Ellos tienen su status, te dan sus directrices y órdenes, pero no ha habido malas caras. Al revés, me han ofrecido todas las facilidades para que me integre. No he sentido ningún rechazo, en general me he sentido arropada y, lo que es más importante, respetada. Habrá gente que le haya gustado más o menos, pero me han respetado.

-¿Ha cambiado su trabajo ahora que está reconocida como mujer?

-No me sentí discriminada o rechazada ni antes ni ahora, aunque es duro que te valoren como hombre cuando te sientes una mujer, o que te digan que no vales.

-¿Cómo han sido estos años apartada del servicio?

-Han sido positivos porque ahora estoy donde quiero estar.

-Pero no habrá sido todo positivo.

-Hay momentos que se viene todo abajo, porque es una lucha de David contra Goliat, pero afortunadamente he tenido a muchas personas que me han apoyado.

-¿No ha estado tentada de tirar la toalla y buscar otro trabajo?

-No. Siempre lo he tenido muy claro. Cuando me dijeron que si me quería ir con una baja, decidí que no me iba a ir así como así. Soy una persona y tengo mis derechos, y eso no se compra con una paga.

-¿Tiene algo que reprochar a la Guardia Civil o a la Admnistración?

-No me gusta hacer reproches a nadie. Solo diré que la ignorancia puede ser muy mala, puede hacer mucho daño a la gente. Tenemos que ser más tolerantes. En todas las familias puede haber un caso como el mío. Y a nadie le gusta ver sufrir a un ser querido. Esa es una lección que te da la vida.

-¿Se ha sentido utilizada o instrumentalizada por los políticos o por algún grupo o asociación?

-No. Además somos tan pocas que no damos votos. Pero sé que mi caso puede servir para llamar la atención. Ojalá no se den más casos de discriminación, entonces mi caso habrá sido un logro muy bonito. Pero soy consciente de que también me puede perjudicar. Porque al dar la cara te la pueden cruzar.

-¿Ha sentido miedo en algún momento?

-No tengo miedo porque me he enfrentado antes a personajes cobardes que te rechazan por ser como eres. Lo que si he notado es que la nueva juventud es mucho más intolerante que las personas mayores. Los jóvenes son muy intransigentes.