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Rusia y Ucrania alcanzan un acuerdo de mínimos que solventa la 'guerra del gas'

Putin y Yushenko salvan la cara con un plan sustentado en los bajos precios del fluido procedente de Turkmenistán

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Con todo el grueso de su exportación de gas a la Unión Europea dependiendo de los gaseoductos ucranianos era evidente que Rusia no podía continuar ni un día más enfrentada con su vecino eslavo. Tras unas maratonianas negociaciones, las compañías de gas rusa y ucraniana, Gazprom y Naftogaz, alcanzaron en la madrugada de ayer un acuerdo para los próximos cinco años que pone fin a un conflicto energético que llegó a alterar seriamente el abastecimiento a la UE.

Aunque ambas partes aseguran que no ha habido vencedores ni vencidos y se proclaman satisfechas porque han conseguido salvar el tipo ante sus respectivas opiniones públicas, los analistas cree que en la crisis ha perdido más Rusia que Ucrania. En cualquier caso, todo se ha hecho a costa del bajo precio del gas turkmeno.

En apariencia, Gazprom se ha salido con la suya porque venderá el hidrocarburo a la cantidad que quería, 230 dólares (195 euros) los mil metros cúbicos. Pero Ucrania también ha logrado su objetivo, al aceptar unas tarifas de compra de 95 dólares (80 euros) la misma cantidad, el límite máximo que estaba dispuesto a aceptar el presidente, Víctor Yushenko. Antes pagaba 50 dólares (42 euros). El milagro se logra mediante una empresa puente denominada RosUkrEnergo. Esta práctica se estila mucho en los países de la antigua URSS. Aunque con fines distintos, en la compra de Yugansk- neftegaz, la filial de Yukos, hace ahora justo un año en subasta restringida, también se recurrió a una compañía puente.

Lo que más interesó a los medios de comunicación durante la rueda de prensa que ofrecieron ayer por la mañana los presidentes de Gazprom y Naftogaz, Alexéi Miller y Alexéi Ivchenko, fue saber cómo piensa RosUkrEnergo compensar sus pérdidas. Si compra a 230 dólares y vende a 95, perderá por cada mil metros cúbicos de gas 135 dólares (115 euros). El portavoz de Gazprom, Serguéi Kupriánov, respondió que «se compensará con gas procedente de Asia Central, mucho más barato».

Empresa puente

Es decir, RosUkrEnergo, empresa creada en 2004 con capital de Gazprom y de la compañía austriaca Raiffeiseninvest, sin participación alguna de firmas ucranianas, comprará gas en Turkmenistán a 65 dólares (55 euros) los mil metros cúbicos, lo mezclará con gas ruso, al precio de 230 dólares (195 euros), y se lo venderá al consumidor ucraniano a 95 dólares (80 euros). Según explicó Kupriánov, la proporción será de «dos partes de gas turkmeno y por una de ruso».

De esta manera todos quedan contentos. El presidente ruso, Vladimir Putin, suspendió por unas horas sus vacaciones para felicitarse del acuerdo y por haberse conseguido el objetivo de que el gas a Ucrania se venda a «precios de mercado». Yushenko, que el martes se fue a esquiar a los Cárpatos, tiene también motivos para estar satisfecho, ya que ha logrado esquivar una subida que hubiese puesto la economía ucraniana al borde de abismo. El esquema es sencillo, se compra gas barato en Turkmenistán y se revende casi al doble en Ucrania o cinco veces más caro en la Unión Europea. Turkmenistán, una dictadura medieval sumida en el aislamiento, no tiene otra opción. Los gaseoductos para transportar su carburante a Europa pasan por Rusia.

Sin embargo, los expertos no están seguros de que Moscú haya salido ganando con el contrato, al menos desde el punto de vista económico, aunque, según Putin, políticamente ha sido un éxito. El transporte del gas desde Turkmenistán a Ucrania correrá a cargo de Gazprom y sin cobrar ni un solo céntimo. Ucrania sí penará la utilización de su tubería y casi un 50% más, tras el acuerdo de ayer. Rusia venderá además a Ucrania dos tercios menos de gas que antes y no hay plena seguridad de que ese excedente lo pueda desviar a los países de la UE, los únicos clientes que pagan altas tarifas. La guerra del gas ha dañado además la reputación de Rusia como suministrador de energía.

Prueba de que las cosas no han ido del todo bien a Moscú, fueron las palabras del portavoz de Gazprom al admitir que, a corto plazo, Rusia deberá usar otras vías para exportar su gas evitando Ucrania.