MUNDO

El pozo interminable y barato

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A diferencia de Kazajstán, Turkmenistán tienen difícil construir un gaseoducto hacia China, la gran economía emergente que cada vez consume más hidrocarburos. Lo impide el macizo del Pamir y una zona muy conflictiva a ambos lados de la frontera afgana. Al norte y al sur tiene competidores, Kazajstán e Irán. El viejo proyecto de tender una tubería hasta el Índico, pasando por Afganistán y Pakistán, tendrá que esperar mientras los talibanes sigan activos.

La vía de salida hacia Occidente del gas turkmeno está en el Caspio, un mar cerrado que excluye la utilización de buques con destino a los puertos mundiales. Una alternativa es el gaseoducto que, a partir del próximo otoño, unirá Azerbaiyán con Turquía, a través de Georgia. Turkmenistán no se ha incorporado al proyecto, por ahora. La otra posibilidad es la red de gaseoductos rusos. Desde ahí el carburante puede ser bombeado hacia Ucrania -el principal comprador- Georgia, Moldavia, Armenia, algunas zonas de la propia Rusia y la Unión Europea.

El problema es que Rusia es consciente de que su territorio es el único camino para la comercialización del gas turkmeno. Eso explica los bajos precios que la dictadura de Saparmurad Niyázov, el gran Turkmén-Basí, está obligado a aceptar. Alrededor de 40 euros los mil metros cúbicos de gas.