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La comunidad del cigarrillo

Los gaditanos se enfrentan con resignación o propósito de enmienda a su primera jornada laboral sin humos

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El inicio digno de año va a tener en 2006 más obstáculos que nunca. Al síndrome postvacacional, y su cuadro de desánimo y debilidad generalizada, los kilos de más por el turrón a deshoras, las promesas sin vigor y la cuesta de enero -ésta de debilidad para el bolsillo-, se une estos días la prohibición de fumar en los centros de trabajo, pesada carga para los amantes de la nicotina. Eso si su centro de trabajo está a cubierto porque si, por ejemplo, usted es albañil y está encaramado al andamio, sepa que todavía puede encender el pitillo sin miedo a represalias.

Los gaditanos que se incorporaron ayer a sus empleos tras el descanso navideño vivieron también su primera jornada laboral libre de humos. Por ley, la mayor parte de los trabajadores apenas había recibido información de sus empresas y sólo conocía la normativa por los medios de comunicación. Suficiente para respetarla, con resignación, eso sí, por aquello de que «todo el mundo te mire como si fueras un delincuente» o de las «posibles multas», aunque todavía hubo quien se escondió en el baño o en el almacén para dar dos caladas a media mañana, según reconocieron a pie de oficina en una promotora inmobiliaria y una empresa de empleo temporal situadas en la Avenida.

Unión de damnificados

En una empresa de comunicación, también próxima a la vía gaditana, se organizaban las primeras comunidades de fumadores a través del correo electrónico interno. «Propongo humildemente que cuando alguien vaya a fumar avise al resto de adictos de la empresa para ir juntos a la calle y no sentirnos idiotas solitarios. En compañía, la nicotina entra mejor», rezaba el llamamiento de uno de los empleados, al que tuvo acceso este periódico. Y así, pese a que el frío no animaba a pasar a la interperie más tiempo del preciso, algunos corrillos de fumadores se dejaron ver en las calles de la capital.

Este colectivo, no obstante, ha quedado mermado en el arranque de 2006. La aplicación de la Ley justo en la fecha más propicia de todo el año para los nuevos empeños ha hecho que muchos gaditanos intenten abandonar el tabaco. «Antes fumábamos bastante pero ahora, con el panorama que tenemos y la pereza que da salir a la calle, vamos a dejarlo; es un buen momento», señalaban empleadas de la agencia inmobiliaria AT inversiones. Especialistas ya han advertido que chicles y parches son inútiles si flaquea la voluntad. MÁS INFORMACIÓN I El Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha una línea telefónica de coste reducido en la que resolverán sus dudas entre las 9 y las 18 horas. Los responsables de la iniciativa han advertido que la demanda de información ha saturado las líneas y piden paciencia a los usuarios en los próximos días. 901445445.