ESPAÑA

El PP aguarda sin esperanza la respuesta a su oferta sobre el texto

El jefe del Ejecutivo convocará a Rajoy para una reunión habitual este mes, aunque socialistas y oposición ven poco probable que acerquen posturas

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Mariano Rajoy no ha recibido invitación alguna para acudir a La Moncloa. La secretaria de Política Autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que el presidente del Gobierno no ha dado muestras aún de pretender reunirse con el líder de su formación y cumplir su promesa de celebrar con el jefe de la oposición un encuentro por cada período parlamentario de sesiones.

En plena polémica por la reforma del Estatuto catalán, y con el ofrecimiento de acuerdo del presidente popular sobre la mesa, la reunión adquiere connotaciones trascendentes. Su celebración podría tensar la negociación del PSOE con los partidos catalanes. Pero sobre todo, servirá para escenificar la distancia entre los dos grandes partidos en un tema tan crucial como el del modelo de Estado y en un momento en el que, según las encuestas, los socialistas acusan un desgaste consecuencia de su posición.

En La Moncloa se asegura que José Luis Rodríguez Zapatero no tiene ningún problema para reunirse con Rajoy y quitan hierro al encuentro, que casi consideran protocolario: hubo uno el 14 de enero de 2005 y otro el 5 de septiembre del mismo año (al comienzo de los dos periodos de sesiones parlamentarias); no tienen por qué variarse esta práctica en 2006. La llamada de Zapatero a Rajoy, por tanto, es más que probable aunque tanto socialistas como populares ven poco factible que sirva para acercar posturas en la cuestión catalana.

El Gobierno no se opone a que el PP se incorpore a la negociación, pero su prioridad es acordar los cambios con las formaciones políticas que aprobaron el texto en Cataluña. Además, defiende que la oferta de consenso del líder de la oposición es pura fachada.

Lealtad

El PP sostiene, a su vez, que su ofrecimiento es «leal y sincero». «Queremos mantener ese principio de que ninguna reforma estatutaria se pacta sin los dos grandes partidos», reiteró Sáenz de Santamaría. La prueba de la franqueza de Rajoy está, según sus argumentos, en que no tuvo ningún problema para poner «por escrito» su buena disposición hace ya un año.

Los populares recuerdan que el pasado 14 de enero su presidente ofreció a Zapatero fijar los límites las reformas territoriales de común acuerdo y para que «no se viera obligado a hacer cesiones a sus socios» se comprometió a garantizar la estabilidad del Gobierno. Aseguran que la respuesta del jefe del Ejecutivo fue tan difusa que Rajoy salió de la reunión «descorazonado» y que desde entonces «no se fía» del presidente. «Se han dinamitado todos los puentes», asegura un alto dirigente del partido.