Manuel Contreras - PUNTADAS SIN HILO

El «progrenterao»

Muchos de los que se indignan porque los americanos voten a Trump pensaban votar a Sánchez, que era más peligroso

Manuel Contreras
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ESTA semana vuelven a salir los enteraos. Seguro que se han cruzado con alguno estos días. Son los mismos que corrigen a Angel León cuando cocina en la televisión o que conocen por qué falla el McLaren de Fernando Alonso. Los que igual te explican las claves que ha manejado Rajoy a la hora de configurar su Gobierno que el origen de tu catarro. Esos que en los juegos olímpicos siguieron la final de Carolina Marín y parecía que llevaban viendo badminton toda su vida.

—¡Ayyy, está cargando mucho el juego a la derecha de la india, se está equivocando, se está equivocando!

Estos listillos andan de semana grande con las elecciones de Estados Unidos. Lo más lejos que han ido es a Chipiona, pero te hablan de las presidenciales de Estados Unidos como si vivieran en Iowa.

Barajan tendencias demoscópicas, critican el sistema electoral norteamericano y apuntan que serán claves los resultados en Virginia y Georgia, aunque no los saben ubicar en el mapa. Disertan con elocuencia sobre el voto hispano y vislumbran comportamientos en las urnas porque «los americanos es que son así, muy catetos». Tienen vocación de tertulianos y saben que el secreto está en hablar con una seguridad aplastante. Y no es teatro, porque ellos mismos confían ciegamente en sus teorías pese a hablar permanentemente de oídas.

Entre la tipología de enteraos, estos días se muestra especialmente excitado el progrenterao, que es el listillo que analiza todo desde su prisma progresista. Al progrenterao le provoca particularmente Donald Trump, por lo que en estos días aparca sus disertaciones más recurrentes, normalmente referentes al origen de la crisis económica o la igualdad LGTB, para centrarse en el candidato republicano. Según su machacona teoría, si Trump ganase en las urnas —«y no es descartable, porque los norteamericanos en el fondo no tiene cultura democrática»— un cúmulo de desgracias se precipitarían sobre el planeta. En el caso improbable de que no se declarase la III Guerra Mundial, nuestro mundo sufriría un retroceso de varios siglos y España estaría abocada a una grave crisis política y económica.

Resulta curiosa la prevención que despierta Donald Trump entre mucha gente que, sin embargo, estaba dispuesta a votar a Pedro Sánchez, que era bastante más peligroso. Trump es un candidato tosco y ramplón, pero la democracia norteamericana ha desarrollado en 200 años suficientes mecanismos de control como para no entregar el país a un pirado. Trump, que es bruto pero no tonto, sabe que en ningún caso podría desarrollar la mayor parte de las medidas estrafalarias que ha anunciado. Sin embargo, si no llega a ser frenado por sus propios compañeros, Pedro Sánchez no hubiera encontrado ningún obstáculo para pactar con extremistas e independentista y poner al país en un riesgo extremo. Ese panorama sí que es para echarse a temblar.

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