Adolfo Vigo - OPINIÓN

Queridos Reyes Magos

Háganles saber que no es malo creer en Dios, como tampoco lo es no creer en Él, pero que se respete al que sí cree

Adolfo Vigo
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Sé que este año voy un poco tarde a la hora de escribir mi carta, pero las labores de ejercer de paje de Sus Majestades para la pequeña de la casa no dan muchas oportunidades en pensar en uno mismo. Sin embargo, llegado este momento, no quiero dejar de pasar la oportunidad de pediros alguna cosilla, aunque no sea para mí solo, sino para nuestra ciudad.

Este año, os pido que la ciudad vuelva a recuperar el rumbo. En estos últimos meses desde las instituciones que nos dirigen se ha perdido el norte. Se está, en muchas ocasiones, más en buscar la confrontación política que en remangarse las mangas y trabajar por el bien de nuestra ciudad. Se pierde el tiempo en cosas baladíes, como la eliminación de las ninfas, pero no en crear empleo en nuestra ciudad, que se va muriendo.

Cádiz no solo es Carnaval, ni Semana Santa, no piensen Vuestras Altezas que quiero arrimar las ascuas a mi sardina. Cádiz es mucho más. Cádiz es una ciudad trimilenaria con mucho que enseñar al resto del mundo de su pasado, no solo de 1936 al 1939, mirando hacia el futuro. Recuérdenles, Majestades, a los que nos gobiernan que no sólo de placas o de memoria histórica vive el gaditano, que está muy bien recordad a nuestros muertos, pero que debemos de honrarlos a todos.

Honremos siempre a aquellos que murieron a manos del bando contrario por el simple hecho de pensar distintos y sin necesidad de haber empuñado nunca un arma. Díganles que nada se obtiene fomentando el odio entre hermanos, salvo que se quiera «pescar a río revuelto».

Háganles saber que no es malo creer en Dios, como tampoco lo es no creer en Él, pero que se respete al que sí cree. Hoy en día, está mal visto ser creyente, adorar a Dios, creer en sus mandamientos, aunque algunos se enfunden un traje como el que ustedes llevan, quedándoles muy grande, y repartan caramelos como quien sale en una Cabalgata de carnaval, sin tener la más mínima idea de que representan Sus Majestades. De que para los cristianos ustedes tres representan el máximo exponente de la adoración a Nuestro Señor.

Sin entender aquellos que encarnar a los Reyes Magos es incoherente a los actos que durante el resto del año hacen de imponer una laicidad en la sociedad a la que gobiernan en todos los aspectos del día a día de la ciudad, incluida estas fiestas.

Coméntenles que ese segundo puente por el que seguro Sus Majestad han llegado a la ciudad sigue esperando que cumplan la promesa que hicieron. Ese puente sigue esperando servir de puerta de entrada de tantos gaditanos exiliados en busca de trabajo y que desean volver a casa.

Por supuesto, Majestades, hagan lo posible para que ningún niño el día 6 al levantarse se encuentren su casa vacía y sin un juguete. Todos sabemos que es necesario el trabajo para los adultos, pero también es imprescindible mantener la ilusión viva de nuestros pequeños. Ya se encargará la vida cruel y dura de abrirles los ojos pero que, al menos, mantengan durante muchos años la ilusión de creer en Sus Majestades.

Bueno, me despido con la ilusión de un niño pequeño intacta, sabiendo que Sus Majestades harán lo posible por cumplir con mis deseos, como desde hace 42 años vienen cumpliendo, y con la certeza de que, al menos, intentarán hacer llegar mis deseos a buen fin.

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