OPINIÓN

Política fragmentada

La práctica y los últimos 40 años de democracia nos dicen que el bipartidismo trae más beneficios que perjuicios

Imagen del Congreso de los Diputados

Sobre el papel, la actual fragmentación que vive la política española debería ser positiva. Nuestros líderes tendrían que verse obligados a llegar a acuerdos, a dialogar. Ceder unos y otros para alcanzar consensos. Pero la práctica dice otra cosa bien distinta. Lo hemos comprobado en estos últimos años. Y especialmente en los últimos meses. La división de la izquierda entre PSOE y Podemos no ha generado ningún beneficio al común de los españoles. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias apenas se han dejado ver juntos y los acuerdos a los que hayan podido llegar siempre han sido por motivos espurios. Nunca pensando en el bien común, sino en el de sus respectivas organizaciones políticas. Y ya no les cuento el torticero acuerdo de los socialistas con podemitas, independentistas y resto de partidos para desalojar a Rajoy del poder mediante la moción de censura. Una alianza que nació podrida y que acabó como se preveía que acabaría, con la convocatoria de elecciones. Por el flanco derecho el panorama no pinta mucho mejor. La irrupción de Vox ha propiciado el cambio de Gobierno en Andalucía, pero con tres partidos que lejos de ir de la mano, simplemente se soportan.

Los culpables de esta situación son, sin duda, PSOE yPP. Ambos llevaban décadas formando un duopolio que generó incontables beneficios para el país. Cuarenta años de democracia asentada y mejoras económicas y sociales. Pero el cataclismo de la crisis hizo que Podemos creciera por la izquierda, mientras la corrupción en el PP propició que Ciudadanos se les presentara como una alternativa real. Y en estos últimos meses, la tibieza de los populares en demasiados asuntos más allá de los económicos, ha hecho que Vox entre de lleno en la pugna electoral. Toda esta fragmentación, insisto, no es buena. Pero parece que ha venido para quedarse.

De ahí que el resultado de las próximas elecciones generales se presente realmente incierto. Todas las encuestas dan como ganador a Pedro Sánchez, lo cual no significa que vaya a ser quien gobierne. Podría sumar mayoría de nuevo con catalanes, vascos y Podemos, pero en ese caso estaríamos exactamente igual que hace un mes. Bloqueados. En el otro lado, habrá que ver si la suma de PP, Ciudadanos y Vox les da para gobernar como en Andalucía. Aunque si nos atenemos a las palabras del único ‘encuestador’ con credibilidad en este país, Narciso Michavila, PP y Vox sumarán juntos el mismo porcentaje de votos que obtuvo Mariano Rajoy en las anteriores elecciones. Pero al ser dos partidos distintos, obtendrían hasta 24 escaños menos en beneficio del bloque de izquierdas. Por tanto, la práctica dice que al final lo mejor para todos es que los votos se concentren en dos formaciones. Una de izquierdas y otra de derechas. Usted elige. Dos es compañía. A partir de tres, ya se sabe, multitud.

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